La aprobación definitiva de la nueva Ordenanza de Circulación y Usos de las Vías Urbanas en Balmaseda ha reavivado el debate político y ciudadano. Mientras el equipo de gobierno defiende que la norma busca proteger el Casco Histórico, ordenar el tráfico y mejorar la convivencia, desde la oposición acusan al Ayuntamiento de falta de transparencia y diálogo real.
La normativa, presentada como una medida para hacer el centro “más tranquilo, seguro y saludable”, incluye novedades como la ampliación del horario de carga y descarga, la eliminación de los pivotes automáticos y un nuevo sistema digital de pases que permitirá a los vecinos sin garaje acceder hasta 8 veces al mes, el doble que la media actual.
Proceso confuso
Pero Candidatura Local Independiente (CLI) no comparte la manera en que se ha llevado a cabo el proceso. Su portavoz, Aitor Larrinaga, señala que “el proceso de participación ciudadana fue incompleto y confuso, no se explicó que el objetivo era modificar la ordenanza”. Además, denuncia que “no se nos dio la oportunidad de presentar enmiendas ni se justificaron las desestimaciones de las 245 alegaciones recibidas, una de ellas con 2.000 firmas”.
Larrinaga también advierte que “faltan informes técnicos y jurídicos que avalen las medidas” y critica que “los ciudadanos ahora solo tienen la vía del contencioso administrativo, con el coste que eso implica”.
Firmas incompletas
Desde el equipo de gobierno, el alcalde Alfonso San Vicente de la Horra responde que se ha hecho “un proceso participativo con más de 500 personas, más del doble que en otros anteriores” y que se ha hablado con “comerciantes, asociaciones y técnicos externos”. Sobre las alegaciones, afirma que “algunas aportaciones se han incorporado a la ordenanza” y que “el documento está abierto a mejoras si se detectan errores”.
Respecto a las firmas recogidas contra la ordenanza, San Vicente aclara que “el 40% eran incompletas” y subraya que “no se puede contentar a todos, pero había que actuar: no podíamos seguir con 42.000 pasos de vehículos al mes por el casco”. Según los datos municipales, la media actual de accesos por vecino es de 3,1 al mes, por lo que los 8 pases que prevé la nueva norma ofrecen “un margen amplio”.
Ordenanza abierta al cambio
El alcalde concluye que “esta es una ordenanza abierta, que podrá adaptarse si es necesario, pero había que dar un primer paso”. CLI, por su parte, insiste en que “hemos intentado dialogar y no ha sido posible”.