
El pasado domingo, Óscar de Marcos se despidió de San Mamés y de la afición del Athletic Club en un homenaje cargado de emoción. Tras 16 temporadas defendiendo la camiseta rojiblanca, el lateral dejó el césped entre abrazos, aplausos y un pasillo de honor de sus compañeros y rivales. Con el brazalete de capitán en manos de Iñaki Williams, De Marcos cerró su etapa como futbolista profesional con la satisfacción de haberlo dado todo por el club de su vida.
Historia y vino
Pero más allá del fútbol, el exjugador tiene sus raíces en un municipio que parece sacado de un cuento medieval: Laguardia. Rodeado de murallas y con calles que conservan el sabor de siglos pasados, este pueblo es la única localidad de Euskadi incluida en la prestigiosa asociación de Los pueblos más bonitos de España. Su economía gira en torno a la industria del vino, con bodegas que producen algunos de los mejores caldos de la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Además de su riqueza vinícola, el municipio alberga importantes yacimientos arqueológicos de la cultura prerromana y conserva cinco puertas de acceso que datan de la época medieval. Su Plaza Mayor porticada, su muralla histórica y su iglesia de Santa María de los Reyes, con uno de los pocos pórticos policromados que se conservan en España, hacen de este lugar un destino imprescindible para los amantes de la historia y la arquitectura.
Así es Laguardia, la joya de la Rioja Alavesa, cuna de Óscar de Marcos y testigo de siglos de historia. Un pueblo que, al igual que el futbolista, ha sabido mantener su esencia y dejar huella en quienes lo visitan.