
Por primera vez en su historia en España, Iberdrola ha vivido este viernes una huelga general convocada por los sindicatos UGT, CCOO y ELA, en protesta por la pérdida de poder adquisitivo de sus trabajadores y el bloqueo en la negociación del nuevo convenio colectivo. A pesar de los servicios mínimos fijados por el Gobierno, en torno al 20 % de la plantilla, el seguimiento de la huelga ha sido significativo.
El 70% ha secundado la protesta
Según datos de UGT, entre el 60 y el 70 % de los empleados no afectados por estos mínimos han secundado la protesta, con un mayor impacto en los centros de trabajo más pequeños. La plantilla de Iberdrola en España supera los 9.500 trabajadores, distribuidos en alrededor de 400 centros en todo el país. Durante la jornada de paro, se llevaron a cabo concentraciones en varias ciudades, entre la que destaca la que ha tenido lugar frente a la Torre Iberdrola en Bilbao, sede social de la compañía, donde se reunieron empleados de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava. El seguimiento más alto se registró en el País Vasco y Navarra, donde operan unos 1.800 trabajadores. Allí, el sindicato ELA , mayoritario en esas comunidades, cifró la participación en más del 80 %, alcanzando incluso el 100 % en algunos centros con menor número de empleados.
Los sindicatos denuncian que la compañía se niega a reconocer la pérdida del 16,5 % de poder adquisitivo acumulada en los últimos cuatro años. Además, rechazan la última propuesta económica de Iberdrola para 2025: una subida salarial del 2 % condicionada a objetivos que califican como “difíciles de alcanzar”, lo que ni siquiera cubriría el aumento del Índice de Precios al Consumo (IPC). Esta huelga en Iberdrola marca un punto de inflexión en las relaciones laborales dentro de la energética, que hasta ahora no había enfrentado una protesta de esta magnitud por parte de su plantilla en España.