
Descubren uno de los primeros cuadernos meteorológicos de Euskadi, elaborado en Balmaseda en 1830. Se trata de un documento, ahora presentado por el Museo de Las Encartaciones y las Juntas Generales de Bizkaia, y parece que fue escrito por Manuel Llaguno con gran detalle y precisión científica.
Sus registros permiten comprender cómo era el clima a principios del siglo XIX, a finales de la Pequeña Edad del Hielo, antes del impacto de la Revolución Industrial. Usando la escala Fahrenheit -que también se utilizaba en aquel momento en Europa-, Llaguno documentó el clima local desde el 1 de enero hasta el 8 de diciembre de 1830. Su valor histórico y científico es notable, ya que no solo ofrece datos cuantitativos, sino también observaciones cualitativas del clima durante un periodo marcado por temperaturas extremas.
Las mediciones se enmarcan en un momento de especial interés climático: los años previos a la industrialización generalizada, a finales de la Pequeña Edad del Hielo y justo antes del estallido de la Primera Guerra Carlista, donde se sabe que el riguroso clima endureció los episodios bélicos en Bizkaia. Las mínimas invernales fueron especialmente bajas: los días 2 y 3 de febrero se registraron temperaturas de hasta -7ºC, anotadas por Llaguno como 19–20ºF. En cambio, los veranos no ofrecieron grandes calores: el 27 de julio, día más cálido, se alcanzaron solo 28,8ºC (83–84ºF), con una media estival de unos 20ºC.
Datos más llamativos
Entre las anotaciones más llamativas se encuentran las frecuentes nevadas de enero, que hoy resultan casi impensables en Bizkaia. Tras semanas de nieve, febrero trajo nieblas persistentes y marzo grandes vientos, lluvias y granizo. El 23 de abril, por ejemplo, Llaguno anotaba en su cuaderno «aguaceros continuos copiosos y algún que otro granizo». Incluso en verano, el tiempo fue inestable, con cielos cubiertos y lluvias esporádicas.