
Tic tac.
Vuelve, a casa vuelve, vuelve al hogar. Como rezaba aquel anuncio navideño de turrones que todavía nos hace soltar una lagrimita entre bocado y bocado. Aymeric Laporte está a punto de volver. Sí, de verdad. Esta vez no es humo. No es un rumor reciclado. No es un tweet con emojis. No es un periodista panfletero que se quiere apuntar un tanto si suena la flauta. Esto va en serio.
Ya sé que llevamos escuchando lo mismo desde hace meses. Que si «quiere volver», que si «ya ha hablado con Uriarte», que si «tiene casa en Getxo». Todo muy bonito. Pero los contactos reales, los que cuentan, los que sientan a directores deportivos a hablar de cláusulas y salarios, esos no empezaron de verdad hasta hace muy poco. Porque volver de Arabia no es tan sencillo como parece. Sobre todo si cobras más que un jeque con un máster.
Pero ahora, el viento ha cambiado. Lo que hace unas semanas era un anhelo razonable se ha convertido en una necesidad imperiosa. Yeray, sancionado de manera surrealista por un supuesto positivo que todavía estamos intentando digerir. Luis Eguiluz, lesionado de gravedad, con el cruzado roto y un calendario de baja que se mide en estaciones, no en semanas. Y mientras tanto, la temporada se asoma por el retrovisor. Europa espera, y espera con exigencias.

¿Y qué mejor escudo que el de Laporte? Un central zurdo, sobrio, con jerarquía, conocedor del ecosistema Athletic hasta la médula. Un jugador que no solo ha vivido la exigencia de LaLiga, sino que ha comandado defensas en la Premier League, ha ganado la Champions, ha sido titular con la selección española en fases finales y, sí, también ha pasado por el peaje del dinero saudí. Pero, ¿acaso eso le resta? No. Lo humaniza. Lo vuelve tangible. Y quizás, más que nunca, lo ha acercado emocionalmente a casa.
«Vuelve, Aymeric. No porque te necesitemos —que también—, sino porque esta historia lo merece»
Ahora bien, calma. No le pidamos que entre en el once el mismo día que aterrice en Loiu. No ha competido desde abril. Y, seamos sinceros, la Saudi Pro League no es LaLiga. No es la intensidad de San Mamés. No es marcar a un delantero con dientes de sierra como Lewandowski o a un falso nueve con alma de diez como Mbappe. Aquí se juega a otra cosa. A algo más rápido, más salvaje. Pero también más emocional.
Y eso es lo que le espera a Aymeric si vuelve. Porque ya no se trata solo de tener un defensa de primer nivel. Se trata de cerrar un círculo. De que el hijo que se fue a hacer las Américas (o las Arabias, en este caso), vuelva más sabio, más curtido, más hecho.
Y si alguien duda de su compromiso, que recuerde sus palabras hace poco más de un año:
“Mi corazón siempre ha estado en Bilbao. Me fui por necesidad deportiva. Pero nunca he dejado de seguir al Athletic”.
Vuelve, Aymeric. No porque te necesitemos —que también—, sino porque esta historia lo merece. Porque a veces, la vida, el fútbol y el corazón se alinean para escribir un último capítulo. Uno con aroma a casa. A casa de verdad.
Joseba
dice:Comparto la necesidad de reforzar la defensa e incluso lo interesante de que pudiera ser con un » salto» de calidad en el refuerzo.
Pero tu argumentario en cuanto al, segun tu, incuestionable compromiso de Aymeric para con el Athletic…. creo que es muy muy matizable y ofrece muchas mas dudas de las que tu pareces querer reconocer. Pudo haber venido al Athletic cuando se marcho a Arabia…. pero se marcho a Arabia,no por ningun reto deportivo, sino porque le
pagaban una barbaridad de salario. Pero resulta que la vida alli no le gusta……. y ahí esta el Athletic para solucionarle ese problema. Es para tener muchas dudas sobre su nivel de compromiso para con el proyecto del Athletic. Decir que desde Arabia ha seguido al Athletic y que su corazon estaba aquí cuando, al menos, su bolsillo estaba encantado en Arabia……. insisto en que es para dudar mucho de su compromiso para con el proyecto Athletic. Pero el tiempo sera testigo y ojalá nw equivoque. Pero, de entrada, el mensaje que el Athletic va a lanzar con esta vuelta a casa… cuando ya no te quieren fuera, no es nada edificante.
Erramun
dice:Hola:
Con el mayor respeto, pero con total indiferencia. Laporte ni siquiera cumple con la filosofía rojiblanca, esa que a veces nos saltamos haciendo trampas al solitario. Y lo de que vuelve a casa… Laporte no tiene más casa que el dinero y su motivación personal ( ojo, no lo estoy criticando, pero es la realidad, cada uno hace lo que quiere y considera oportuno). No creo que más allá de su «cariño emocional» cuando le conviene sepa lo que es verdaderamente el Athletic porque nunca lo ha vivido salvo en su primera etapa de mercenario. Sólo hace falta analizar hechos, y no hay más que ver que juega con España porque Francia no le quiso. Un perfil de libro, vamos.
Dicho sea con todo el respeto y sin querer ofender a nadie, porque, vuelvo a insistir, cada uno siente lo que quiere y hace lo que quiere. Como tiene que ser. Otra cosa es que vayamos diciendo cosas que no son ciertas, es decir, que son directamente mentira.
Un saludo Iker!
Aitor
dice:Hombre si amas tanto al Athletic podías haber vuelto antes de Arabia .
Que te motivo deportivamente los petrodólares no cuentes historias majete.