
En plena Semana Europea de la Movilidad, el anuncio del Gobierno central de invertir cerca de 13.000 millones de euros en ampliar y modernizar los aeropuertos gestionados por Aena ha provocado una fuerte reacción de rechazo entre las principales organizaciones ecologistas del Estado.
Compromiso climático
Amigas de la Tierra, Greenpeace, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF denuncian que esta inversión récord —la mayor en la historia de los aeropuertos en España— es “totalmente incompatible” con los compromisos climáticos asumidos por el país y por Europa. Y ponen el foco especialmente en el aeropuerto de Bilbao, uno de los trece incluidos en el plan de ampliación del Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) 2027-2031.
En el caso de Loiu, el proyecto contempla la ampliación de la terminal para aumentar su capacidad operativa. Algo que, según denuncian las organizaciones, supondrá más vuelos, más emisiones, más ruido y más presión ambiental en un entorno natural ya muy tensionado.
“Es un sinsentido que, en plena emergencia climática, se apueste por reforzar el transporte más contaminante por pasajero”, han declarado en un comunicado conjunto. Recuerdan que el sector aéreo es uno de los más emisores de CO₂ en España, y que la ampliación de infraestructuras como la de Bilbao no solo aumentará el tráfico aéreo, sino que tendrá impactos en la biodiversidad local y en la salud de las personas que viven cerca.
Intereses económicos
Además, alertan de que este tipo de proyectos responden más a intereses económicos ligados al turismo masivo y al negocio inmobiliario, que al interés general. Y exigen que el dinero público se dirija, en su lugar, a un modelo de movilidad más justo y sostenible, que refuerce el transporte ferroviario, las conexiones regionales y los servicios utilizados por la mayoría de la población.
Las organizaciones ecologistas no se oponen a mejorar la movilidad, sino a seguir ampliando un modelo que consideran insostenible. Por eso, piden la paralización inmediata del proyecto de ampliación del aeropuerto de Bilbao y del resto de infraestructuras previstas, así como la eliminación de los vuelos cortos que ya tienen alternativa ferroviaria.
Concluyen con un mensaje claro al Gobierno: “No podemos seguir alimentando un sistema de transporte pensado para unos pocos, a costa del clima, la naturaleza y la salud de todos”.