
La vida está llena de historias de superación como la Cecilia y Daniel, que ya les hemos contado. Hoy les presentamos a Mariana que, también ha encontrado una mejor vida laboral, al volante de una autobús en Alemania. No sólo ha logrado trabajar en lo que le gusta. Además, hace unos días le dieron el premio a la Conductora de Autobús 2025 del distrito de Rems-Murr: » No creo que sea la mejor, tengo compañeros que son buenísimos. A mí me han premiado por el servicio que presto», cuenta a Radio Nervión. Este reconocimiento lo decide un jurado popular y otro profesional compuesto por los que establecen los precios de los tickets,en resumen, los que mandan: » Una pasajera me nominó. Ella explicó que, cuando coge el autobús y estoy yo, se siente más segura. Para mí es importante recibir a los que suben cons sonrisa, la sonrisa es lenguaje universal».
El no de Bilbao
¿Quién es Mariana? Su historia arranca en Venezuela, ese es su país de origen. Hija de madre venezolana y padre zamorano, con ocho años se instala con la familia en Bilbao: ‘ He vivido 22 años entre Txurdinaga y Santutxu». Mariana estudió un grado medio de dirección de empresas y llegó a trabajar en un supermercado: » Tenía trabajo estable y además hacía prácticas en una de seguridad de Loiu pero miraba el sueldo y sabía que así, no me iba a independizar en la vida».
Licencia de conductora
Mariana, animada por su padrastro Vicente, que era empleado de Bilbobus, se sacó el permiso: «Lo intenté, te prometo que busqué trabajo por todos los lados: Bilbobus, Bizkaibus, privados…y creo que fui la única persona que no tuvo suerte. Pasé tanto tiempo sin respuestas que se me iban a caducar las licencias». Y así de esta forma, sin saber que hacer, le surgieron dos oportunidades en Alemania: «Las dos eran de autobusera. La primera me pedía incorporarme de inmediato pero, yo tenía que avisar en los trabajos y además no daba alojamiento, así que quedó descartada». No tardó mucho en llegar la tentación de la empresa en la que lleva casi dos años: » Se llama Schlienz y me trataron muy bien desde el principio, estoy muy contenta».
Una mochila y 700 euros
Cuando a Mariana la aceptaron en Alemania se marchó con pocas cosas: » Me arriesgué, no lo pensé. En una mochila metí un poco de ropa y 700 euros. Cuando llegué me dijeron que si no sabía que allí hacía mucho frío, que dónde estaba la ropa», recuerda entre risas. La recién llegada, sin inglés ni alemán, pasó sus primeros días en un hotel: » Lo pasé mal, la verdad «. Allí, el tener contacto con alguien es importante: » Un compañero acababa de comprar una casa y me ofreció quedarme con la que dejaba en alquiler y, aquí estoy «. Mariana gana unos 4.200 o 4.300 euros brutos al mes: » Depende de las horas que metas y de tu situación familiar». En Alemania se paga teniendo en cuenta si estás soltero, casado, separado y si tienes, o no, hijos: » No sé si es mucho más que en Bilbao. Me imagino que depende de la empresa».
Alquiler, 580 euros
La casa donde vive tiene un precio de 580 euros al mes: » Incluidos los gastos de luz, agua y la calefacción, que aquí es fundamental. Pago aparte internet, que es un lujo que puedo asumir. El problema es que no hay mucha oferta». Alemania no es país fácil: » Demasiados trámites aunque tengo la suerte de estar en un pueblo en el que todo es llevadero».
Su madre y su segundo padre la han apoyado más allá de lo posible: » Necesitaba mi coche y me lo trajeron. Metieron muchísimas horas. La pena es que el pobre era viejito y a los tres días se estropeó para siempre. Fue un mazazo, empezar sin nada y con una deuda añadida».
Bilbao en el corazón
Una baldosa decorativa de Bilbao y la camiseta del Athletic desvelan que Mariana es bilbaína de corazón. Uno de sus sueños era coger el testigo en Bilbobus, de esa persona tan importante en su vida, su padrastro Vicente: «Algún día me encantaría, aunque ahora no es el momento. Me quedo en Alemania». Eso sí las visitas a La Villa son sagradas y la semana que viene, después de un año, vendrá a Bilbao: «Me toca disfrutar de las vacaciones». Así que, si la ven por la calle, seguro que a Mariana le hará ilusión si le regalan una sonrisa y Mariana les devolverá la que nos perdemos por ese «no» que hace dos años le obligó a hacer la mochila.