
Aunque el sector naval en Euskadi ha vivido tiempos mucho mejores, aún resisten nombres, oficios y astilleros que se niegan a rendirse. La reciente botadura del Busturia NM, un moderno buque mercante construido en el astillero de Murueta, es una prueba de que todavía se puede mirar al mar con ambición desde la industria vasca.
Este barco, de más de 100 metros de eslora y con capacidad para transportar 6.000 toneladas, simboliza algo más que un nuevo encargo: representa una oportunidad para un sector castigado por la falta de pedidos, la competencia internacional y la incertidumbre económica.
Futuro del sector
Pese a todo, hay señales que invitan al optimismo. El sector está viviendo momentos de esperanza tras la reciente adquisición de Astilleros Balenciaga de Zumaia, Gipuzkoa por un consorcio formado por Abu Dhabi Ports y Premiere Marine (dentro del consorcio Safeen Drydock. Un movimiento que muchos en el sector ven como una apuesta decidida por recuperar el pulso industrial de los muelles.
El Busturia NM es, además, un ejemplo de ingeniería moderna adaptada a las exigencias del presente: eficiencia energética, diseño sostenible y gran capacidad de carga. Pero sobre todo, es un barco construido aquí, con manos de aquí, en una Euskadi donde, a pesar de las dificultades, todavía se hacen barcos que cruzan océanos.
Porque el futuro del sector naval no está asegurado, pero sí tiene quién lo defienda. Y eso, en los tiempos que corren, ya es mucho decir.