
Los diseños de los vizcaínos Eloi Sacristán y Ainhize Ganzabal, elaborados como Trabajo de Fin de Grado el pasado curso en el IED Kunsthal Bilbao, destacaron por su mirada innovadora y profundamente conceptual sobre la relación entre cuerpo, identidad y tecnología en un desfile de ModaLisboa (Semana de la Moda de Lisboa), celebrado el pasado 30 de septiembre en la embajada italiana de la capital portuguesa. El evento de prestigio internacional clausuró a su vez el proyecto Grand Tour AFAM (GTA), iniciativa financiada por el PNRR – Next Generation EU para impulsar la internacionalización de las instituciones artísticas y musicales italianas (AFAM).
El desfile presentó los trabajos de 12 diseñadores, seleccionados entre las sedes del IED en Barcelona, Madrid, Bilbao, Cagliari, Roma, Florencia, Turín y Milán, bajo el título REPEAT THE
ACTION, explorando la repetición como herramienta de transformación, conectando la formación y el sistema de la moda en una live performance. En su propuesta ILO, la diseñadora de Sopelana Ainhize Ganzabal desarrolla una investigación textil que reflexiona sobre la intimidad, la acción y la vigilancia en la sociedad contemporánea. Mediante la técnica del deshilado y el uso de tecnologías de tracking corporal, la diseñadora analizó cómo cambia la relación con el propio cuerpo cuando es observado o registrado. Su colección, poética y crítica, plantea una conversación entre la artesanía textil y la hipervisibilidad digital, explorando el cuerpo como un espacio íntimo y político.
Por su parte, el trabajo del bilbaíno Eloi Sacristán, titulado 10000110001, aborda la relación entre lo humano y lo maquínico, el tiempo y la materia, a partir de tres conceptos clave: la pausa temporal, el transhumanismo y los límites entre lo orgánico y lo inorgánico. Su colección combina materiales no convencionales —como alambres, silicona y plásticos técnicos— con procesos de manipulación textil que otorgan autonomía y capacidad de transformación a las prendas. El resultado es una propuesta escultórica y especulativa que cuestiona los límites del cuerpo y redefine su identidad en la era digital.
El desfile fue más allá del formato clásico, abrazando la dimensión performativa como parte esencial de la narración. “El cuerpo en el espacio, el sonido y el ritmo se convierten en materiales de exploración, fusionándose con los looks y los gestos para crear una experiencia multidisciplinar”, destaca la organización. “No se trata de un trabajo colectivo en el sentido convencional del término, sino de una constelación de trayectorias individuales que juntas crean algo más grande que la suma de las partes. Las disciplinas se entrelazan, las jerarquías se disuelven y las fronteras, tanto materiales como metafóricas, caen. En esta alegre pérdida de límites, en la transformación inesperada de lo real en celebración, surge un sentido de nueva esperanza visionaria”, subrayan.