“No podemos colgar la ropa ni respirar”: la plaga de chinches apestosos desata la desesperación en Bizkaia

Otra vecina de San Ignacio denuncia que se está planteando vender la casa porque le está provocando una depresión
Chinches apestosos recogidos en una hora por una vecina de Loiu / Radio Nervion

Vecinos de diferentes zonas rurales y urbanas de Bizkaia están al límite por la creciente presencia de chinches apestosos, también conocidos como chinches hediondas o chinches verdes. Cada verano, con la llegada del calor, estos insectos invaden terrazas, ropa tendida, persianas e incluso camas, provocando situaciones insalubres y un profundo malestar psicológico. Tahi y su familia son unos de estos vecinos afectados. Y en un grado bastante acusado.

Nos está afectando física y psicológicamente

Viven en Loiu, en la zona de Aiartza. Tahi y su marido Unai, residen  junto a sus hijos en un caserío de la zona. Ya no pueden más: “Cada media hora tenemos que sacar decenas de chinches, el olor que desprenden cuando los matamos no deja ni respirar. No podemos colgar la ropa ni disfrutar del exterior”. Añade que el problema se agrava año tras año: “Ya no se puede vivir así. Cerramos todo, los niños no salen a la terraza, y psicológicamente nos está afectando mucho”. Además, aseguran que el olor es tan fuerte que incluso cuando intentan eliminarlos, tienen grandes sificultades para respirar.

Pero la historia de Tahi no es la única, aunque sí es especialmente grave ya que es una zona al aire libre, y los chinches abundan dentro y fuera de casa: «en la ropa, en los zapatos, en las cortinas, en las sábanas…, ésto lo tienen que fumigar urgentemente, así no se puede vivir». Reitera que con los remedios que ellos ponen, es pan para hoy y hambre para mañana. «Recojo paladas con cientos de ellas cada hora». Tampooc puede colgar la ropa y secarla «tengo que colgarla casi de madrugada y que mi padre venga a descolgarla casi mojada, para evitar que se quedne ahí».

Me provocaron una infección

Una situación similar se vive en la zona de la estación de tren Juan de Antxieta, donde una mujer mayor denuncia que se encontró con hasta 7 u 8 chinches en la ropa en cuestión de minutos: “Sábanas, cortinas… todo lleno. También tuve de los pequeños, que llegaron hasta la cama y me provocaron una infección”.

En la parada de autobús, esta vecina tuvo otro encuentro con sus apestosos vecinos. Pero lo peor es en su domicilio, viven en un último piso, pero las vecinas de abajo también se quejan: “Estoy por vender la casa. Vamos a tener que fumigar a ver si mejora, porque esto es una plaga”.

Estos no son casos aislados. Cada vez más personas en distintos puntos de Bizkaia están alzando la voz para denunciar esta plaga, que no solo impide la vida al aire libre, sino que compromete la higiene dentro de las viviendas. Piden una actuación urgente por parte de las autoridades sanitarias y medioambientales.


Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.


Cover Art
0:00 0:00