El bilbaíno Gorka Márquez, nacido y criado en el barrio del Peñascal, siempre tuvo claro que su vida iba ligada al baile. Lo que empezó como un impulso natural en los recreos del colegio José Orbegozo se convirtió en una trayectoria internacional marcada por la disciplina, el talento y una evolución constante dentro del espectáculo.
Desde bien joven
Su pasión por el baile arrancó con apenas 12 años, cuando comenzó a competir en disciplinas latino-deportivas. A lo largo de su adolescencia acumuló títulos y experiencia en campeonatos nacionales e internacionales, un recorrido que exigía disciplina, constancia y una mentalidad tremendamente competitiva.
Ese primer impulso le abrió puertas decisivas. En 2014 se unió a la gira mundial de ‘Burn the Floor’, un espectáculo que le permitió pisar escenarios de medio mundo y perfeccionar su técnica como artista integral. Pero el salto definitivo llegó en 2016: la BBC lo fichó para varias ediciones de ‘Strictly Come Dancing’, uno de los programas de baile más prestigiosos del planeta. Desde entonces, su nombre figura entre los profesionales más respetados de la televisión británica.
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Lejos de conformarse, Márquez ha desarrollado su propio camino creativo con espectáculos de alto nivel. Su último proyecto, ‘Speakeasy’, ha girado recientemente por múltiples países, consolidando su faceta como creador y productor.
El orgullo del Peñascal
Aunque su nombre resuena en Londres, Madrid o en los grandes teatros del mundo, en el Peñascal lo recuerdan por su cercanía y su buen humor. En Radio Nervión hemos hablado con vecinos que han seguido su evolución desde niño.
José, que coincidió con él en el colegio José Orbegozo, recuerda perfectamente su energía: “Siempre le veía bailar en el recreo. Se notaba que era feliz con lo que hacía, le daba igual lo que dijeran. Siempre estaba riendo y con buen humor. Es muy buen chaval”.
También Luz, peluquera del barrio le recuerda de siempre: “Creo que hasta le corté el pelo para su bautizo. Venía con su ama y su hermano, y le recuerdo muy tímido. Siempre he pensado lo lejos que ha llegado con lo tímido que era”.
Laura compartió momentos con él cuando iban de colonias de la parroquia del barrio. Iban siempre en julio al caserío de Lezana de Mena y allí siempre había un radiocasete con música: «Él siempre estaba al lado bailando». «Muy, muy majo. Se relacionaba muy bien con todo el mundo.», asegura.
Cercano y familiar
En redes, su presencia es sólida, cercana y muy seguida, especialmente desde que comparte contenidos junto a su pareja, la actriz y presentadora Gemma Atkinson. Ambos impulsan un podcast personal, ‘Lost in Translation’, donde hablan de familia, gestión de agendas, viajes y diferencias culturales, construyendo una conexión muy directa con su audiencia.
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Hoy, mientras millones de espectadores siguen sus valoraciones en ‘Bailando con las estrellas’, en el Peñascal continúan viéndole como lo que siempre fue: un chico humilde, apasionado y dispuesto a bailar aunque el mundo entero estuviera mirando.