Otro de los componentes negativos del estrés tecnológico entre los jóvenes es la ausencia de descanso y las alteraciones del sueño que provoca. El 55% de los jóvenes entre 16 y 25 años reconoce utilizar a altas horas de la madrugada el teléfono móvil retrasando la hora del sueño.
Además, este ‘miedo’ tiene más fuerza en verano, ya que es una época en la que muchos jóvenes generan la necesidad de compartir las vacaciones y sus ratos de ocio en las redes sociales.