Este fin de semana, dos partidos han sido suspendidos en Bizkaia por agresiones a los árbitros. La primera de todas sucedió en Basauri, cuando tras recibir reiterados insultos y amenazas de muerte, el árbitro del partido decidió suspender temporalmente el partido. La otra suspensión, en cambio, sucedió en Orozko. En este caso fue un jugador expulsado el que causó la suspensión del mismo, tras escupir al juez de línea.
Un partido de fútbol de categoría regional en Basauri, entre el Ariz y el Uritarra B, ha desatado la última polémica sobre odio en el mundo del deporte, ya que tras recibir reiterados insultos y amenazas de muerte, el árbitro del partido se vio obligado a activar el protocolo contra la violencia verbal, lo que se supuso un parón de 45 minutos y la actuación de la Ertzaintza.
El choque tuvo que ser reanudado a puerta cerrada, tras la actuación policial. El comité de competición de la Federación Vizcaína de Fútbol analizará el acta para determinar si algunos de los hechos son motivo de sanción. Además, tras la finalización del choque, los colegiados tuvieron que ser escoltados por los agentes debido a que «varios aficionados con distintivos del Ariz» se encontraban en la salida de los vestuarios.
No sólo el de Basauri, en Bizkaia también ha ocurrido otro hecho de agresión arbitral. Más concretamente, ha sido en Orozko donde se ha sucedido la suspensión de otro partido. En este caso, un jugador expulsado fue el causante de esta decisión, tras escupir a un juez de línea que se encontraba arbitrando.
