
El Bilbao Basket, cuatro días después de conquistar su primer título europeo en Salónica y apenas 48 horas tras celebrarlo en las calles de Bilbao, rozó el milagro en Miribilla ante el UCAM Murcia. Los hombres de negro forzaron la prórroga tras levantar una desventaja de 20 puntos, pero cayeron con honor (80-83).
La permanencia en la Liga Endesa aún no está sellada: los bilbaínos necesitarán ganar dos de los cinco partidos restantes para cerrarla de manera matemática. Sin embargo, la reacción vivida en la tarde del domingo confirmó que, aunque el cuerpo esté agotado, la mente y el corazón de los de Jaume Ponsarnau siguen en plena ebullición.
Con la energía aún fresca tras el histórico título continental, el Surne arrancó el duelo a toda velocidad (6-2) bajo el liderazgo de Gielo. Pero UCAM Murcia, dirigido con inteligencia por Sito Alonso y con Dylan Ennis como primer estilete, reaccionó rápido y se adueñó del primer cuarto (16-17).
La defensa zonal murciana complicó mucho las ideas ofensivas locales. Mientras que Sant-Roos y Kurucs castigaban desde fuera, en ataque el Surne sufría para encontrar tiros claros. Aun así, el empuje de Pantzar y las acciones aisladas de Dragic y Hlinason evitaron que los pimentoneros se escaparan antes del descanso (32-37).
Un tercer cuarto para el olvido
La reanudación fue un jarro de agua fría para los locales. UCAM Murcia se mostró letal en cada error bilbaíno, firmando un parcial de 8-23 que elevó la ventaja visitante hasta un demoledor 40-60. Las piernas pesaban y la cabeza no carburaba tras una semana histórica, pero en Miribilla, como tantas otras veces, la historia no estaba escrita todavía.
En el último cuarto, Abdur-Rahkman y Harald Frey lideraron una remontada sencillamente increíble. De estar 15 puntos abajo a falta de seis minutos, el Surne firmó un parcial brutal que culminó con un triple heroico del noruego para forzar la prórroga (76-76).
En el tiempo extra, el Surne llegó incluso a ponerse por delante (79-78), pero la gasolina comenzaba a escasear. Sant-Roos, desde la línea de tiros libres, sentenció la victoria visitante, mientras que el último lanzamiento de Frey, una nueva oportunidad para la épica, no encontró el aro.
Con esta derrota, el Bilbao Basket sigue dependiendo de sí mismo para asegurar su plaza en la Liga Endesa. Dos victorias en las cinco jornadas restantes bastarán para lograrlo. Antes, eso sí, tocará recargar energías físicas y emocionales tras dos semanas inolvidables pero también extenuantes.