
Más de 10.000 pasajeros y 30 trenes se vieron afectados este domingo debido al robo de aproximadamente 300 metros de cable en varios puntos de la provincia de Toledo, interrumpiendo el servicio de la línea de Alta Velocidad Madrid-Sevilla. El incidente provocó una jornada de caos ferroviario coincidiendo con el final del puente de mayo.
El cobre, uno de los mejores conductores eléctricos y más asequibles que la plata u oro, se ha convertido en un recurso muy cotizado. China consume cerca del 45% del cobre mundial, lo que ha disparado el precio y ha provocado un auge de delitos vinculados a este metal. Aunque su cotización ha bajado recientemente, el negocio sigue siendo lucrativo, especialmente si el material se obtiene mediante robo.
Mafias del metal rojo: crimen organizado al alza
En la última década, el robo de cableado de cobre se ha triplicado, pasando de delitos menores a ser gestionado por mafias organizadas que también se financian con el tráfico de drogas y trata de personas. En los últimos cuatro años, las fuerzas de seguridad han incautado más de 2.600 toneladas de cobre robado en España.
Los delincuentes operan de forma meticulosa: sustraen el cableado de instalaciones eléctricas, ferroviarias, plantas de reciclaje y farolas, lo pelan y lo venden a operadores ilegales que lo exportan a China. Se estima que el 1% del cobre reciclado en España proviene del robo.
Consecuencias: barrios a oscuras y trenes paralizados
Además del elevado coste económico, el robo de cobre genera importantes trastornos a la ciudadanía: cortes de electricidad, barrios enteros sin alumbrado y problemas en el transporte público.
Pese a los golpes policiales, como esta última operación, las mafias continúan activas. Escocia ha logrado reducir estos delitos endureciendo las penas y considerando el robo de cobre como crimen organizado. Este enfoque podría ser clave para frenar el crecimiento de este delito en España.