
¿Es la ausencia de cláusula de rescisión una muestra de fidelidad a un club? ¿O es, por el contrario, un arma de doble filo? En el programa Bilbosport de Radio Nervión, hablamos con el abogado David Salinas-Armendáriz con el que debatimos en profundidad sobre la base legal, los efectos prácticos y las consecuencias reales de las cláusulas de rescisión en el fútbol, con especial foco en el modelo del Athletic.
«La legislación española, mediante el Real Decreto 1006, permite que un deportista rompa su contrato de forma unilateral», recordó Salinas. “Y si no hay cláusula, será un juez quien determine la compensación. Pero cuidado: eso no significa que el jugador no se pueda marchar”.
En la conversación se coincidió en desmontar un argumento habitual: que no incluir una cláusula de rescisión refuerza el vínculo entre jugador y club. “Eso no es fidelidad, eso es incertidumbre”, zanjó Salinas, quien tiró de hemeroteca para recordar que «el sentimiento Athletic es directamente proporcional al volumen de su cláusula de rescisión», citando una frase de Andoni Goikoetxea.
Miguel Ángel Puente fue más allá al explicar que, en caso de ausencia de cláusula, si no hay acuerdo económico entre el jugador y el club, «será un juez quien fije la indemnización, que probablemente sea inferior a lo que se establece de antemano en una cláusula formal”. Puso como ejemplo el caso de Kepa Arrizabalaga: “Ningún juez habría exigido 80 millones de euros en su día; eso solo lo marca una cláusula”.
Fidelidad
El modelo del Athletic, que en los últimos años ha optado por permitir que ciertos jugadores firmen sin cláusula, fue examinado con lupa. “Curiosamente, los que no la tienen son los más fieles, como Unai Simón”, admitió Puente. Pero añadió: “Si mañana cambian de opinión, irse sin cláusula puede ser incluso más fácil que con una baja”.
Asimismo, Salinas Armendariz añadió: «Si cada uno de los jugadores que hacen declaración de fidelidad deciden ponerse una cláusula de rescisión, vamos a decir una burrada, 200 millones. Esa es la mayor aceptación de su unión, de su vinculo hasta el final de su contrato».
Otro punto sensible fue la transparencia. “Los socios tenemos derecho a saber el volumen de la cláusula de rescisión”, denunció el abogado. “Así no puedes opinar sobre la renovación porque te faltan datos”, añadió Puente.
Ambos coincidieron en que las cláusulas elevadas siguen siendo la mejor herramienta para proteger al club. “Son siete años, es una negociación excelente por parte del jugador y su representante porque ha conseguido tener un contrato de siete años, que si el no quiere y le van las cosas mal, lo va a tener que respetar el club y va a estar siete años aquí , pero sin embargo, si tiene una cláusula de 15 millones y las cosas le van bien, se va a poder marchar no a los siete años, sino al primer año ”, resumió Salinas. Y concluyó: “Clausulas pequeñas: posibilidad de marcharse con independencia del número de años. Clausulas altas: mucha dificultad para marcharse. No clausulas: peor que clausulas grandes.
En conclusión, el Athletic debe volver a negociar contratos estratégicos con condiciones ventajosas, no regalar incertidumbre bajo la excusa de la fidelidad.
Aquí puedes ver el programa de este pasado miércoles: