A vueltas con la posible marcha de Nico Williams del Athletic, lo que supondría 60 millones en las arcas rojiblancas, el nombre de Aymeric Laporte vuelve a sonar con fuerza en el entorno del equipo de Valverde. El defensa, formado en Lezama y con pasado rojiblanco entre 2012 y 2018, ha vivido una temporada discreta en el Al-Nassr de Arabia Saudí y su futuro está más abierto que nunca. A sus 31 años recién cumplidos —nació el 27 de mayo de 1994—, el regreso a casa podría parecer natural. Pero la pregunta es: ¿debe el Athletic lanzarse a por él?
Laporte no ha sido un fijo en su equipo esta campaña. Aunque ha disputado más de una veintena de encuentros oficiales, su rol ha ido diluyéndose y ha perdido peso también en la selección española. De hecho, no ha entrado en la últimas convocatorias de Luis de la Fuente para la Nations League, algo impensable hace un año, cuando todavía era titular habitual. Esta ausencia ha sido leída en clave de falta de ritmo competitivo, algo que no pasa desapercibido en Ibaigane.
Sin embargo, los argumentos a favor de su fichaje no son pocos. Laporte es un defensa zurdo, con jerarquía, liderazgo y una salida de balón exquisita, atributos nada fáciles de encontrar hoy en día. Su experiencia en la Premier League con Guardiola y en competiciones internacionales sería un plus en un equipo que quiere seguir creciendo sin renunciar a su esencia. Además, su pasado rojiblanco, su marcha no traumática y su formación en la cantera hacen que encaje al cien por cien en la filosofía del club, un factor clave a la hora de decidir incorporaciones.
Traspaso y ficha
El problema es el precio. Su fichaje podría rondar los 15 millones de euros, recordemos que el Al Nassr pagó 27,5 millones al City y querrá recuperar parte de la inversión y aunque desde su entorno se desliza que estaría dispuesto a rebajar su ficha para volver a casa, la operación supondría una inversión notable. Ya que si continua una temporada más en Arabia se embolsaría la nada desdeñable cifra de 25 millones. Es obvio que el Athletic no se puede ni acercar a esos guarismos, pero de querer reclutarlo tendrá que hacer un gran esfuerzo económico. ¿Vale la pena ese desembolso por un jugador que no compite al máximo nivel desde hace más de un año?
En Bilbao la respuesta no es unánime. Algunos ven en Laporte un refuerzo de garantías, una pieza que aportaría experiencia, seguridad y liderazgo en una línea defensiva que podría perder efectivos este verano. Otros, en cambio, temen que el jugador haya entrado ya en su curva descendente y priorizan fichajes con mayor proyección y frescura. No quieren otro caso Ander Herrera.
Lo cierto es que Aymeric Laporte conoce el club, la ciudad y el escudo. Su vuelta sería un golpe emocional potente, en caso de que Nico se baje del barco, pero el Athletic no puede vivir de la nostalgia. La dirección deportiva deberá valorar si, más allá del sentimiento, su regreso es una apuesta ganadora también sobre el césped. Veremos a ver…
