
Cada vez las vemos más y son más pesadas. Hablamos de las gaviotas que antes formaban parte de una estampa idílica en la costa, pero ahora se han convertido en una molestia para muchos. Por ejemplo en Bilbao, en barrios como Santutxu, o el Casco Viejo, los vecinos se han quejado de su presencia.
Lo cierto es que las gaviotas parece que han perdido el miedo al ser humano y cada vez se acercan más a las zonas interiores de los pueblos, sobre todo a bares y restaurantes, buscando comida. Y es que son aves inteligentes que aprenden rápido. Saben identificar lugares donde generamos residuos alimenticios y algunas incluso han aprendido a abrir bolsas o envases.
De ahí que, situaciones como esta, se hayan convertido en algo habitual: estamos tomando algo en una terraza y si hay comida en la mesa de al lado, vemos a una gaviota acercarse y coger un trozo de pan o similar y salir volando.
Agresividad, ruido y suciedad
Estas aves son molestas porque, entre otros, son muy ruidosas. Algunas personas se quejan de que no pueden dormir por culpa de su constante graznido, que puede ser perturbador. Además generan suciedad por sus excrementos, que pueden ser corrosivos. Son también agresivas, si defienden sus nidos o buscan comida. Nos pueden dar un buen picotazo.
Estas molestias se dan sobre todo en las zonas portuarias y costeras, aunque últimamente también en áreas urbanas, en done las gaviotas comienzan a estar cómodas y en donde pueden anidar en edificios y buscar comida en la basura.