
La Asociación de Apicultores de Burgos ha confirmado un nuevo ataque de oso a colmenares en Sotoscueva, zona donde ya se detectó su presencia por primera vez en abril de 2024. Esta vez, las colmenas afectadas pertenecen a otros apicultores, pero el patrón se repite: colmenas destrozadas y restos del plantígrado.
Según han informado desde Apiespinosa a Radio Nervión, se trataría de una osa y su cría, lo que refuerza la idea de que permanecerán por la zona durante un tiempo. Su presencia no parece puntual, sino vinculada a su ciclo vital y a la atracción por las colmenas, especialmente por las larvas.
Ataques reincidentes y vigilancia reforzada
Desde marzo de 2025 se han registrado al menos tres ataques entre Sotoscueva y Valdeporres. En una explotación de Busnela, el apicultor Federico López ha sufrido dos incursiones en una semana con 10 colmenas destrozadas. Los técnicos hallaron pelos y excrementos, y creen que el oso se lleva las colmenas para comérselas cerca, centrándose sobre todo en las crías de abeja.
Ante esta situación, los apicultores han comenzado a instalar pastores eléctricos para proteger sus explotaciones, siguiendo el ejemplo de otras regiones como Asturias. La vigilancia se mantendrá hasta el final del verano, cuando se espera que el animal vuelva a desaparecer entre los montes.