
El precio del alquiler en España no deja de subir y 2025 ha marcado un antes y un después: todas las comunidades autónomas han superado ya sus máximos históricos, incluidos los registrados durante la burbuja inmobiliaria de 2007. Según el Índice Inmobiliario de Fotocasa, el precio medio nacional se sitúa en 1.150 euros al mes por un piso de 80 metros cuadrados, lo que supone un incremento interanual del 14 %. Y dentro de este contexto, el País Vasco destaca como uno de los territorios donde más se ha disparado el coste de acceder a una vivienda en alquiler.
En Euskadi, el precio medio del metro cuadrado alcanza los 14,9 euros, con un notable contraste entre provincias: en Gipuzkoa se pagan 16,8 €/m², en Bizkaia 14,5 €/m² y en Álava 12 €/m². Esto se traduce en que alquilar un piso de tamaño medio en Donostia o Bilbao puede suponer fácilmente entre 1.200 y 2.000 euros al mes, dependiendo de la zona. Mientras tanto, en Vitoria-Gasteiz, los precios son algo más contenidos, rondando los 800 euros mensuales.
El acceso a la vivienda en Euskadi se ha convertido en un auténtico desafío para quienes tienen un sueldo medio. Si se tienen en cuenta los salarios medios de la población, alquilar una vivienda supone destinar una proporción desproporcionada del ingreso mensual, especialmente en capitales como Donostia-San Sebastián, una de las ciudades más caras de todo el Estado. El panorama es especialmente complicado para jóvenes, familias con menores ingresos y personas solas, que cada vez encuentran menos opciones habitacionales asequibles.
No bajan de los 1.000 euros
Frente a estas cifras, hay pocas zonas en Euskadi donde alquilar siga siendo razonablemente accesible. En localidades como Oion (Álava), el alquiler puede costar menos de 500 euros al mes, y en municipios cercanos a las capitales como Hernani, Rentería o Lasarte-Oria, se encuentran precios más moderados, aunque aún por encima de los 1.000 euros mensuales en muchos casos.
El problema, según los expertos, no es puntual. La oferta de viviendas en alquiler es escasa, y la demanda no para de crecer. Esto genera una presión constante que empuja los precios al alza año tras año. Mientras no se adopten medidas estructurales que fomenten la construcción y la disponibilidad de vivienda asequible, el acceso al alquiler seguirá siendo uno de los grandes problemas sociales en Euskadi.
Zonas tensionadas
Algunas ciudades, como San Sebastián, ya han sido declaradas zonas tensionadas, lo que permitirá a las autoridades intervenir en los precios e incentivar fiscalmente a propietarios que alquilen por debajo del valor de mercado. Pero para que estas medidas tengan efecto real, es necesario un esfuerzo más amplio y coordinado entre instituciones locales, autonómicas y estatales.
Mientras tanto, para muchas personas, alquilar en Euskadi ya no es una opción sostenible, sino un lujo al que solo se accede sacrificando buena parte de su bienestar económico.