
El Día de Gansos de Lekeitio (Antzar Eguna), celebrado cada 5 de septiembre en esta localidad costera de Bizkaia, es una de las fiestas populares más singulares del País Vasco. Su origen documentado se remonta a 1631, aunque todo indica que la tradición es anterior. Esta festividad ha evolucionado notablemente a lo largo de los siglos, especialmente en las últimas décadas, adaptándose a los cambios sociales y a una mayor sensibilidad hacia el bienestar animal.
Originalmente, el acto central del Antzar Eguna consistía en que los participantes, conocidos como harrapatzailes, debían colgarse del cuello de un ganso suspendido sobre el puerto y resistir el mayor número de veces que eran elevados y bajados por una cuerda, hasta que el cuello del animal cediera. Durante siglos, los gansos utilizados eran aves vivas, lo que generó críticas por el maltrato animal que implicaba esta práctica.
Gansos muertos
A partir de mediados de los años 80, y tras diversas controversias, se decidió que los gansos utilizados en la fiesta serían previamente sacrificados, eliminando así el sufrimiento directo durante el evento. Esta fórmula se mantuvo entre 1986 y 2014, pero con el paso del tiempo, la imagen proyectada por la fiesta continuó siendo cuestionada, ya que seguía implicando el uso de animales reales.
Llegan los antzartek
La transformación definitiva llegó con la introducción del antzartek, una réplica de ganso fabricada en poliuretano. Este modelo fue diseñado originalmente como alternativa sanitaria durante la gripe aviar en 2006, aunque su uso no se generalizó hasta 2014. Desde entonces, y de forma progresiva, el ganso artificial fue sustituyendo por completo a los animales reales, al tiempo que ganaba aceptación entre los participantes por ofrecer mayor seguridad, durabilidad y espectacularidad en la dinámica del juego.
Finalmente, en 2022, el Ayuntamiento de Lekeitio oficializó el uso exclusivo del antzartek en el Antzar Eguna, eliminando de manera definitiva la participación de aves naturales. Esta decisión marcó el cierre de un proceso de transformación que ha permitido mantener viva una tradición centenaria, adaptándola a los valores actuales sin perder su esencia ni su popularidad.
Hoy, el Día de Gansos de Lekeitio se celebra con más participación que nunca, consolidado como un ejemplo de evolución festiva respetuosa con los animales, sin renunciar al arraigo cultural y al atractivo turístico que lo caracterizan.