Donde Bilbao toca el cielo: vistas, historia y pulpo en un lugar inesperado

La línea 58 no solo trajo un autobús, trajo dignidad: el logro vecinal que cambió la historia del barrio
Barrio de Masustegi / Alma Botxera

Masustegi, ese rincón bilbaíno cargado de historia, autenticidad y vistas sorprendentemente cautivadoras. Colocado en la ladera del monte Kobetas, este barrio nace de la solidaridad y el esfuerzo.

Y es que Masustegi fue antaño un refugio para familias gallegas que llegaron a trabajar en la cantera durante los años 50 y 60, construyendo sus hogares durante la noche y con sus propias manos, en una lucha silenciosa contra el vacío y el olvido. Estas casas permanecían invisibles durante el día, pues la ley franquista no permitía demoler una construcción con cuatro paredes y tejado ya levantadas. Es precisamente ese ingenio el que dio lugar a un enclave que hoy conserva su esencia obrera y comunitaria.

El 58: un gran logro vecinal

Durante décadas, los vecinos levantaron caminos, escaleras, fuentes y hasta redes de agua. No fue hasta 1984 que lograron que una línea de autobús —la 58 de Bilbobus— conectara el barrio con el resto de Bilbao, tras una campaña vecinal con cortes de tráfico y protestas simbólicas que catalizaron su inclusión en la ciudad organizada.

Hoy Masustegi es un lugar cargado de vida, con la iglesia de San Gabriel como símbolo de unidad desde 1957, y aún mantiene rincones como el Bar Los Botijos, abierto desde 1949, famoso por sus cachopos, pulpo y sabores que saben a raíces. Desde algunos de sus miradores se domina Bilbao con una perspectiva inusualmente íntima.

Proyecto de ascensor

La accesibilidad sigue siendo uno de sus grandes retos, pero la ciudad ya ha dado pasos importantes. Se ha aprobado la construcción del ascensor público número 81 de Bilbao en Masustegi, con una inversión cercana a los 630.000 euros, que conectará la calle Auntzetxeta con una pasarela sobre la A8, eliminando barreras arquitectónicas en un terreno de fuerte pendiente.

Visitar Masustegi no es solo descubrir un barrio, sino asomarse al Bilbao real, ese tejido urbano que nace del esfuerzo, de las raíces y de la lucha vecinal. Si estás buscando una experiencia auténtica y alejada de las rutas típicas, esta subida te regalará una panorámica cargada de emoción y memoria viva.


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