
La Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina ha iniciado la vendimia unos días antes que en 2024. Tras dos campañas consecutivas marcadas por una fuerte bajada productiva, las y los viticultores encaran la recogida con la esperanza de recuperar niveles más cercanos a la media histórica por hectárea y con la mirada puesta en consolidar un modelo de viticultura sostenible.
Problemas de la cosecha
La campaña vitivinícola de este año en Bizkaia comenzó con un desarrollo equilibrado durante las fases de brotación, floración y cuajado, sin embargo, desde la segunda quincena de julio, las condiciones meteorológicas adversas y la presión sanitaria han dificultado el trabajo de los viticultores. Las lluvias persistentes, la alta humedad y las altas temperaturas crearon un ambiente ideal para la propagación del mildiu, un hongo que este año ha afectado de manera generalizada a todo el territorio.
A diferencia de campañas anteriores, donde el mildiu se concentraba en zonas específicas, en esta ocasión la enfermedad se ha extendido por todo el territorio de Bizkaia, afectando diversas áreas dentro de una misma viña. Este hecho ha complicado su control y ha obligado a los viticultores a intensificar las labores de vigilancia, buscando evitar que la enfermedad avance en las plantaciones.
Asimismo, la presencia en la viña de corzos, jabalíes y la avispa asiática ha aumentado la presión sobre el viñedo y obligado a las y los viticultores a mantener una atención constante.
A esto se suma la irregularidad meteorológica de las últimas semanas, con jornadas de calor intenso que han afectado a las uvas y días lluviosos que aumentan el riesgo de botritis. Ante ello los viticultores se enfrentan a la incertidumbre sobre el momento óptimo para la vendimia, ya que el clima ha alterado el ritmo de maduración de las uvas.