La enfermera imputada por presuntamente simular vacunaciones en el centro de salud de Kabiezes, en Santurtzi, se ha negado a declarar en el juicio que se celebra en la Audiencia de Bizkaia, argumentando que no está “en condiciones de prestar testimonio”.
Quienes sí han declarado son los dos psiquiatras que realizaron el informe forense sobre el estado mental de la acusada, que trabajó en Pediatría del centro desde febrero de 2021 hasta septiembre de 2022. Han explicado que la enfermera padece un trastorno delirante que ha tenido un impacto directo en su desempeño profesional, afectando sus capacidades cognitivas y volitivas. Según han detallado, el contenido delirante de sus creencias estaba relacionado de forma muy estrecha con su labor sanitaria, lo que influía en sus decisiones y acciones en el trabajo. Sin embargo, también han señalado que este trastorno está “encapsulado”, lo que significa que, fuera de esos episodios, la acusada podía comportarse de manera normal y adaptativa.
El informe recoge que los primeros signos de alarma se detectaron en junio de 2021, aunque ya desde finales de 2020 se observaban conductas y pensamientos que apuntaban a una alteración de su estado mental. Uno de los psiquiatras ha advertido que este tipo de trastornos delirantes, “tan arraigados y estructurados”, suelen tener un pronóstico complejo y requieren tratamiento especializado.
12 años de prisión
Las familias afectadas, unas 50 en total, solicitan una pena de 12 años de prisión para la profesional, a la que acusan de haber puesto en riesgo la salud pública y de haber engañado deliberadamente tanto a los padres como a Osakidetza. La Fiscalía, por su parte, pide una condena de siete años y medio por delitos de daños agravados y falsedad documental.
