
Barakaldo ha decidido renunciar a las ayudas del IDAE, Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, tras comprobar que la luz anaranjada genera una peor sensación de seguridad en las calles. La subvención de 6 millones de euros que había conseguido el Ayuntamiento obligaba a la instalación de luz cálida en los barrios, de 2.000 lúmenes, lo que podría reducir la sensación de luminosidad de la ciudadanía.
El Ayuntamiento fabril, eso sí, ha encontrado otro medio de financiación sin intereses para mejorar la iluminación en los barrios a través del EVE, que aporta ayuda económica permitiendo mantener bombillas blancas y con mayor potencia, con 3.000 lúmenes.
La decisión se ha adoptado después de visitas técnicas a varias ciudades que cuentan con esa iluminación y tras escuchar la percepción de mujeres que participan de forma asidua a los recorridos para identificar puntos inseguros de la ciudad.
Desde el Ayuntamiento han explicado que “estamos acostumbrados a bombillas de luz más blanca, que permiten una mejor iluminación del espacio una mayor sensación de seguridad. En el IDAE, se limitan las bombillas a 2000 lúmenes, una luz más anaranjada que debe estar enfocando únicamente hacia abajo”.