
Con la llegada del otoño, el icónico Puppy del Museo Guggenheim Bilbao entra en proceso de renovación. Un gran andamio rodea estos días al perro floral para facilitar la sustitución de todas las plantas que recubren su estructura. Durante tres semanas, los especialistas cambiarán una a una las flores y la tierra para que el guardián del museo luzca nuevos colores en la temporada de invierno.
Un perro especial
El cambio implica pasar de las especies de primavera-verano a los pensamientos, que vestirán a Puppy en los próximos meses. Bajo su aspecto amable se esconde una compleja obra de ingeniería: un esqueleto de acero y hormigón cubierto de turba, malla metálica y manto geotextil. Este sistema se mantiene gracias a un riego digital y sostenible que garantiza su frescura todo el año.