
ajo el lema “Resistir es salvar vidas”, decenas de profesionales sanitarios y ciudadanas/os se han concentrado este miércoles vestidos de blanco y con las manos teñidas de rojo, en un acto simbólico y de denuncia para reclamar el alto el fuego inmediato y definitivo en Gaza.
Batas blancas, manos rojas
La movilización, que ha tenido lugar frente a la sede del [insertar ubicación exacta si la tienes], ha unido a personal sanitario, pacientes, activistas y ciudadanía en general en una imagen tan sencilla como contundente: batas blancas, símbolo de la sanidad y la vida, y manos rojas, símbolo de la sangre derramada y del STOP internacional al genocidio.
Durante el acto se ha leído un manifiesto en el que se ha rendido homenaje a los y las profesionales sanitarias de Gaza, que continúan curando, protegiendo y acompañando en condiciones extremas, incluso a riesgo de sus propias vidas. “El blanco que llevamos es el mismo blanco de sus batas, de los vendajes que aún intentan sostener la esperanza bajo las bombas”, decía uno de los pasajes.
Memoria y denuncia
La concentración ha sido también un espacio de memoria y denuncia. Memoria de quienes han muerto por salvar otras vidas, y denuncia de la violencia que sigue atacando hospitales, ambulancias y personal médico. “Cada sanitaria en Gaza es una víctima, pero también un símbolo de resistencia y dignidad”, se ha recordado con fuerza durante la lectura.
Además del simbolismo visual, el mensaje ha sido claro: basta ya. “No nos vamos a detener hasta que se consiga que pare el genocidio”, han asegurado los convocantes, que han insistido en que la vocación sanitaria está unida de forma inseparable a la defensa de la vida, la paz y la justicia social.
La acción se suma a otras movilizaciones que, en distintos puntos de Europa, están visibilizando la dramática situación del pueblo palestino y la labor heroica del personal sanitario en Gaza.