
Una vecina de Bilbao, denuncia que su perra Gala, una galga italiana de apenas cinco kilos, murió tras sufrir convulsiones y expulsar espuma por la boca después de pasear por un camino cerca de la iglesia de Islares. La acompañaba su otra perra, Duna, ligada a la correa, lo que descarta que Gala se soltase: ambas olfatearon, chupeteando hierba en la orilla, antes de que comenzaran los síntomas. La familia de Gala asegura que fue un envenenamiento intencionado, posiblemente mediante un tóxico rociado, pues no hallaron cebos visibles.
Los hechos ocurrieron en el trayecto que sale de la iglesia hacia un cerramiento, antes de llegar a las campas que inician el camino hacia Cerdigo. Cuando Gala empezó a convulsionar, la llevaron de urgencia al veterinario de Castro, pero ya no se pudo salvar. Duna también mostró síntomas al llegar a la clínica, aunque pudo sobrevivir. Otros perros de la zona ese mismo día presentaban vómitos y malestar; algunos parecían menos afectados, quizá por ingerir menor cantidad.
Posible estriquinina
El veterinario consultado por la familia considera que los síntomas concuerdan con sustancias como la estriquinina, dada la rapidez y el carácter neurológico del cuadro clínico. Advierten del riesgo que esto supone también para los niños, si tocan la hierba contaminada.
Los hechos están denunciados ante las autoridades locales y la familia exige que se investigue como un delito grave de maltrato animal. “Esto no es solo nuestro dolor, es una agresión gratuita, una acción de alguien sin corazón”, afirman.