
Muchos nombres podrían destacarse del importante triunfo que el Surne Bilbao Basket logró ante San Pablo Burgos en su primer partido como local esta temporada. Pantzar, Hilliard, Jaworski y Krampelj fueron los únicos que superaron los dobles dígitos de anotación en un triunfo coral, donde los diez jugadores que salieron a la cancha anotaron al menos una canasta.
Pero en un partido que se ganó, en gran parte, desde la gran defensa en el segundo cuarto, merece la pena destacar al que se erigió como el ancla de los MIB en este partido: Margiris Normantas.
Tan solo anotó cinco puntos, pero lo dejó todo sobre la cancha. Salió de inicio en un quinteto que dejó alguna duda en faceta defensiva, ya que permitieron dos canastas impropias en la élite, pero pronto se vio que el lituano está hecho de otra pasta. Se pegó como una lapa a Jhivvan Jackson, robó balones, se tiró al suelo y por momentos se echó al equipo a la espalda en los momentos de dudas del tercer cuarto. Incluso provocó una antideportiva a Leo Meindl a falta de seis minutos para el final, aunque no pudo convertir ninguno de los tiros libres.
Un nuevo ídolo de la grada del Bilbao Basket
Su conexión con la grada puede decirse que fue inmediata, ya que recibió una sonora ovación cuando se retiró de la cancha y celebró el triunfo con la Hirukoa subiéndose a la grada. Y es que esa energía que transmite también se notó en los gestos y en las reacciones. Incluso durante una defensa lanzó un ‘besito’, no sabemos si a la mesa de anotadores o a Bruno Savignani, otro que no paró, aunque este en el banquillo rival.
En un equipo con mayor potencial anotador que el de anteriores campañas, queda claro que Normantas y Lazarevic se encargarán de dotarle a los MIB el equilibrio necesario para no perder el orden defensivo.
