
El próximo 28 de noviembre, en el marco del Fair Saturday, la Basílica de Begoña acogerá un concierto solidario a favor de la Asociación de Tourette de Madrid. La iniciativa nace del impulso de una familia vasca que convive con esta enfermedad. El evento no solo busca recaudar fondos, sino visibilizar un trastorno aún muy desconocido y escasamente atendido en Euskadi.
Y es que el síndrome de Tourette no son solo tics. Detrás hay trastornos asociados como TOC, TDAH, ansiedad o problemas del sueño. Muchos jóvenes, como el protagonista de esta historia, conviven con una forma severa del trastorno sin apenas atención especializada. Euskadi no cuenta con una asociación propia y la unidad de referencia está en Madrid. Por eso, una familia vasca ha querido impulsar el concierto para visibilizar el Tourette y crear red entre familias que viven en silencio una situación compleja.
Llamada a la empatía
La recaudación irá destinada a apoyar los proyectos de la Asociación de Tourette de Madrid. También se busca que más personas conozcan esta realidad y que los afectados no se sientan solos.Este evento solidario será más que un concierto: es una llamada a la empatía y una oportunidad para sensibilizar sobre una condición que aún sigue siendo invisible para muchos.
En palabras de María, madre de un joven de 22 años diagnosticado con Tourette severo a los 17, «estos cinco años han sido muy duros para él y para los que estamos cerca. Aquí no hay información, no hay atención, no hay recursos».
Que la diferencia no sea exclusión
«Mi hijo no es el único«, subraya su madre, quien relata cómo un reciente programa Erasmus en Madrid, con participantes de Portugal y Alemania, supuso un punto de inflexión. “Por primera vez pudo relacionarse sin sentirse juzgado”. Esa experiencia, dice, es la que le gustaría acercar a más personas, crear espacios seguros, informados y empáticos donde la diferencia no sea motivo de exclusión.
El concierto del 28 de noviembre no será solo una cita musical: será un acto de reconocimiento, una forma de poner el foco en una realidad silenciada. También pretende comenzar, quizá, a construir una red de apoyo en Euskadi. Porque visibilizar también es cuidar, y dar voz a quienes aún no la tienen es una forma de transformar el entorno y avanzar hacia una sociedad más justa y consciente.