Varias conclusiones se pueden extraer del balsámico triunfo que el Surne Bilbao Basket logró este domingo frente al Morabanc Andorra. Por un lado, que tras el estrepitoso golpazo que se llevaron en Badalona, la ‘manada de lobos’ tiene orgullo y que la acumulación de partidos está sirviendo para que los que llegaron más tarde por la disputa del Eurobasket se vayan acoplando poco a poco. El último, Justin Jaworski.
El de Pensilvania aterrizaba en Bilbao con grandes esperanzas. La entidad llevaba mucho tiempo sin tener un jugador de sus características: un tirador puro, que pudiera generarse sus propios lanzamientos y que desatascase con su amenaza exterior los momentos de sequía que habían lastrado a los de Jaume Ponsarnau las últimas temporadas.
Aunque en pretemporada lideró al equipo en anotación, con la llegada de la competición sus prestaciones descendieron bastantes enteros. Y eso que sus números no fueron nada malos (8 puntos ante Unicaja, 12 frente al Burgos y 10 en Badalona) pese a no estar nada acertado en el triple (4/14 en estos tres encuentros).
Más allá de los datos, la sensación era que no se encontraba nada cómodo. No estaba siendo determinante y, a menudo, se le veía confundido con el nuevo plan de rotaciones que Jaume Ponsarnau quiere instaurar en la ‘manada de lobos’. Dentro de esa nube de negatividad llegó la desafortunada lesión en Badalona.
La liberación de Justin Jaworski
Pese a que todo hacía indicar que podría ser una lesión de gravedad, finalmente quedó en un susto. Una entorsis que no le permitió jugar en Brno, pero sí este domingo frente al Andorra tras una semana con mucho dolor y sacrificio.
Los esfuerzos han dado sus frutos. Y es que el triunfo de este domingo no se podría entender sin él. Veinte puntos importantísimos, especialmente por el momento en el que se produjeron la mayoría de ellos.
En el tercer cuarto, cuando el Morabanc Andorra empezó a apretar, Jaworski tuvo su particular momento de liberación: anotó un triple y en la acción inmediatamente posterior se echó al suelo para recuperar un balón suelto. Una acción que levantó a la grada de Miribilla y con la que sacó toda la rabia que tenía acumulada.
Así podría deducirse si analizamos su actuación posterior, puesto que anotó otros tres triples y varias canastas de bella factura. Ahora sí, ya parecía el Jaworski que vimos en vídeos este verano o en LEB con el Gipuzkoa Basket.
