El Día de Todos los Santos continúa siendo una de las tradiciones más arraigadas en la sociedad española. Según un estudio de Mémora, esta festividad sigue profundamente arraigada en el norte de España, con un 55% de los ciudadanos que lo celebra cada año.
Según se desprende de la encuesta esta conmemoración ha evolucionado hacia un significado más emocional, donde el recuerdo y homenaje a los seres queridos adquiere un papel protagonista frente a la religiosidad. En el norte del país el arraigo de esta tradición es más profundo. Tanto es así, que en Cantabria, Euskadi, La Rioja, Navarra, Aragón, Galicia y Asturias, un 73% de los encuestados definen la festividad como una costumbre cultural y un día en recuerdo de los seres queridos que ya no están, mientras que un 17% lo considera exclusivamente como una festividad religiosa. Además, un 73% opina que es relevante mantener esta tradición.
Además, el 76% realiza algún tipo de homenaje para recordar a sus difuntos como visitar el cementerio; reunirse en familia; dejar flores en algún lugar significativo; o realizar algún ritual en casa, como encender una vela o ver fotos del difunto.
Por otra parte, el recuerdo no entiende de calendarios: un 47% visita las tumbas o lugares donde reposan las cenizas de sus seres queridos varias veces al año, y solo un 6% limita sus visitas exclusivamente al Día de Todos los Santos.