En los últimos meses se han repetido algunos episodios de vandalismo en Durango que ha provocado la muerte de dos árboles en el municipio, por el que el Ayuntamiento ha apelado a la responsabilidad colectiva para evitar situaciones de este tipo.
En concreto, en el último año, dos robles situados junto a la zona de calistenia del parque Ibaizabal, han muerto como consecuencia de cortes realizados de forma intencionada. Los árboles, con una antigüedad estimada de 25 años, fueron dañados directamente en el tronco. Los cortes fueron repetidos y repasados en varias ocasiones, por lo que se trata de un acto premeditado.
Por otra parte, la pasada semana, en el barrio de San Fausto, se ha llevado a cabo la tala de dos abedules. La decisión fue tomada por iniciativa de una persona que consideró que los árboles estaban alcanzando demasiada altura. No tenía autorización para ello.
Ambos casos suponen una alteración grave e injustificada del espacio público y vulneran la normativa vigente sobre gestión y protección del arbolado urbano. Se están valorando las medidas necesarias para garantizar que este tipo de acciones no vuelvan a repetirse. El arbolado público no puede estar sujeto a decisiones individuales ni a intervenciones fuera de control.