En pleno corazón de Zamudio, cuatro socios y un trabajador han convertido su pasión por la cerveza en un proyecto que no deja de crecer: Drunken Bros. “Hace bastante poquito hemos hecho aniversario el número 13”, me cuenta Mikel Florez, con quien charlé en la reciente feria de Zamudio, una de tantas que recorren con su marca cervecera. Aunque el proyecto tiene trece años de vida, fue hace tres cuando se asentaron definitivamente en este espacio propio, dejando atrás la etapa nómada en la que trabajaban en fábricas prestadas.
19 tipos de cervezas
Su propuesta es clara: variedad, calidad y experimentación. “Hacemos un montón de estilos diferentes. Hemos llegado a tener hasta 19 tipos distintos al mismo tiempo, desde cervezas negras hasta IPAs, dobles e incluso cervezas picantes”, explica Mikel. La cerveza no es solo una bebida, sino una experiencia que se puede maridar con todo tipo de comidas, desde quesos y verduras hasta platos más elaborados. “Hay una cerveza para cada tipo de comida”, asegura.
Y un poquito de salsa artesanal…
Pero la innovación no termina en la cerveza. Su afición por el picante les ha llevado a crear salsas artesanales que combinan con su espíritu rockero y atrevido. “Como nos mola tanto el picante, hemos decidido hacer una salsa nueva. Somos aficionados al picante”, añade Mikel entre risas.
Catas, visitas… y hasta conciertos
Además, Drunken Bros abre sus puertas a los amantes de la cerveza con catas, visitas y conciertos, creando un espacio donde disfrutar de la cultura cervecera y compartir su pasión. Su web ofrece toda la información y la posibilidad de descubrir las distintas catas y eventos que organizan, consolidando a Drunken Bros como un referente de la cerveza artesanal en Euskadi.
La apuesta de Mikel y su equipo demuestra que la cerveza artesanal no es solo un producto, sino una experiencia sensorial, capaz de sorprender y educar a quienes buscan sabores diferentes y auténticos, siempre con un toque atrevido y picante.
