En el marco del Día Mundial Sin Alcohol, Alcohólicos Anónimos (AA) busca concienciar sobre los efectos físicos, psicológicos y sociales del consumo de alcohol, una problemática que muchas veces pasa desapercibida en la sociedad. A través de testimonios de personas que han enfrentado el alcoholismo en primera persona, la organización transmite un mensaje de esperanza: sí es posible superar esta enfermedad.
Primer coma etílico
Fernando, miembro de AA, comparte su experiencia de vida con total sinceridad. Desde los 12 años, el alcohol comenzó a marcar su vida, afectando sus relaciones familiares, su desempeño escolar y su entorno laboral. “A los 12 años tuve un coma etílico y a los 27 decidí buscar ayuda en Alcohólicos Anónimos”, relata. Para Fernando, reconocer el problema fue el primer paso: “No fui yo quien se dio cuenta por completo, fue un amigo que llevaba un año sin beber quien me mostró que había salida”.
Encontrarse a sí mismo
El camino hacia la recuperación, asegura, no es solo dejar de beber. “Lo más difícil fue encontrarme a mí mismo. Estaba con un cerebro dañado y un cuerpo de adulto, y necesitaba aprender quién era realmente”, explica. Gracias al apoyo de su grupo en AA, encontró acompañamiento, guía y motivación, descubriendo que no estaba solo en la lucha.
Sin beber desde 1986
Fernando enfatiza que el alcoholismo es una enfermedad cerebral que no desaparece, pero que puede controlarse: “El alcoholismo no se cura, pero se puede parar. Yo no bebo desde 1986 y he podido reconstruir mi vida”. También advierte sobre la normalización del alcohol en la sociedad: “Se minimiza la gravedad del consumo. Muchos jóvenes lo utilizan como herramienta social o de evasión, sin medir las consecuencias”.
Apoyo, compromiso y voluntad
Alcohólicos Anónimos invita a la sociedad a reflexionar sobre el impacto del alcohol y a reconocer que la recuperación es posible con apoyo, compromiso y voluntad. La organización resalta la importancia de ofrecer acompañamiento y comprensión a quienes luchan contra esta enfermedad, recordando que cada historia de superación puede ser un ejemplo de esperanza para otros.