Bilbao, una de las ciudades vascas históricamente asociadas al clima atlántico más húmedo de España, está viviendo una transformación climática evidente. En las últimas décadas, sus inviernos han dejado de ser tan fríos ni tan constantes bajo la llovizna, y los veranos han registrado temperaturas más altas de lo habitual. Sin embargo, esta nueva normalidad se ha visto interrumpida en los últimos días por un cambio brusco: de más de 25 °C a valores cercanos a los 7-8 °C, acompañados por lluvias intensas —no el típico “xirimiri”, sino auténticas trombas de agua.
Olas de calor frecuentes
Según datos climatológicos recientes, la temperatura media en Bilbao ha aumentado alrededor de +0,34 °C por década, lo que ha producido un calentamiento progresivo. Al mismo tiempo, se registra una ligera disminución en las precipitaciones anuales, con una tendencia de −6,2 mm por década. Este fenómeno se refleja también en riesgos futuros: un estudio promovido por la patronal Cebek y la aseguradora AXA alerta que, para mediados de siglo, Bilbao podría experimentar olas de calor más frecuentes, con máximas que superen los 38 °C, e incluso picos aislados de hasta 50 °C, así como intensificación de lluvias extremas.
Alteración del patrón de lluvias
Los registros meteorológicos confirman que algunos veranos —como el de agosto de 2019— han sido de los más cálidos en décadas. Además, el informe climático del Gobierno Vasco señala un aumento sostenido de la temperatura media en Euskadi desde 1970. La idea de que Bilbao “ya no llueve tanto” no es totalmente errónea: aunque sigue teniendo precipitaciones abundantes, algunos estudios indican una tendencia a menos días de lluvia. Sin embargo, cuando llueve, puede hacerlo con más violencia. El cambio climático no solo está calentando la ciudad, sino también alterando el patrón de lluvias, generando episodios más impredecibles y extremos.
Plan de calor
Este giro en el clima local ha motivado ya reacciones políticas. Por ejemplo, EH Bildu ha pedido que se elabore un plan de calor para reforzar la resiliencia de Bilbao ante estas nuevas condiciones climáticas, con refugios climáticos y protocolos de actuación para olas de calor.
Los ciudadanos de Bilbao, acostumbrados a bromear con su lluvia constante, ahora observan con preocupación cómo su ciudad atlántica se va mediterraneizando poco a poco: más calor, menos lluvia diaria, pero lluvias más intensas cuando llegan. En definitiva, un clima que cambia con la misma fuerza que cambian las montañas verdes que rodean la ciudad.