El pantano de Urkulu se ha convertido en uno de los refugios naturales más valorados por los vecinos de la zona y visitantes de toda Euskadi. A menos de una hora de Bilbao, unos 50 minutos en coche, este enclave se presenta como un contraste inesperado al entorno industrial del valle, un lugar donde el silencio y la naturaleza toman el protagonismo desde el primer paso.
Al llegar a la zona, los visitantes se encuentran con dos aparcamientos que facilitan el inicio o final del recorrido circular. Su principal atractivo es la accesibilidad: un camino de aproximadamente 7 kilómetros, completamente llano, perfectamente señalizado y acompañado en todo momento por un carril bici. La afluencia de ciclistas es habitual, por lo que se recomienda estar atentos para evitar invasiones accidentales del carril.
Una ruta perfecta para familias
El paseo se ha convertido en una opción ideal para las familias que buscan una actividad al aire libre sin grandes exigencias físicas. Para los más pequeños, que podrían notar el peso de los kilómetros, el uso de patinetes o bicicletas suele ser una buena opción.
La ruta ofrece además pequeñas aventuras para mantener su interés: un mirador al que se accede por una escalera, desde donde los niños pueden sentirse “guardianes del pantano”. También se encuentran zonas de juegos, bancos distribuidos en puntos estratégicos y paneles informativos que explican la fauna y la flora del entorno, un recurso perfecto para curiosos que quieran anotar observaciones en una libreta.
El entorno del pantano sorprende por la cercanía con la que se puede observar la vida animal. Es habitual encontrar ovejas, vacas pastando en los prados e incluso grupos de caballos cruzando tranquilamente el camino, como ocurrió recientemente para sorpresa de varios senderistas.
A mitad del recorrido, una imponente presa marca uno de los puntos más fotografiados por los visitantes, convirtiéndose en parada obligatoria antes de continuar la vuelta.
Opciones para los más aventureros
Además del camino principal, Urkulu ofrece desvíos para senderistas que buscan recorridos más intensos. Uno de ellos conduce hacia Arantzazu, ampliando las posibilidades de la escapada para quienes desean un día más completo de montaña.
Con su mezcla de accesibilidad, belleza natural y pequeñas sorpresas, Urkulu sigue consolidándose como un destino imprescindible para desconectar sin alejarse demasiado de la ciudad. Un “viaje a otro mundo” que empieza a menos de una hora.