Uno de los protagonistas del estreno del Camp Nou fue Nico Williams. Aunque seguro que no de la manera que muchos barcelonistas esperaban en verano. El azar del calendario y el retraso en las obras ha provocado que el Athletic Club haya sido el primer rival en conocer el remozado Camp Nou.
No por esperado deja de ser noticia. Durante todo el parón se ha hablado largo y tendido sobre cómo recibiría la afición blaugrana al pequeño de los Williams tras dos años de dimes, diretes y constante runrún con su posible fichaje. Y, como era de prever, se le brindó una sonora pitada siempre que tocaba el balón. Que, dicho sea de paso, fue con bastante frecuencia ya que el ataque rojiblanco pasó principalmente por sus botas durante la primera mitad.
El entorno del FC Barcelona todavía parece dolido -y con razón- por la decisión de Nico Williams de renovar con el Athletic este verano. Su fichaje había suscitado ilusión entre la afición, azuzado también por las declaraciones de Deco y Joan Laporta mostrando optimismo con acometer la operación. Pero, como todo el mundo sabe, las dudas que había sobre su posible inscripción -tal y como sucedió con Iñigo Martínez- acabaron haciéndole cambiar de decisión cuando todo parecía abocado a que el traspaso se materializara.
Athletic Club y FC Barcelona: la tensión se corta con un cuchillo
Una muestra más de la evidentemente fría relación institucional entre el FC Barcelona y el Athletic Club quedó patente cuando las cámaras de televisión enfocaron al palco y mostraron a Joan Laporta y Jon Uriarte, sentados al lado, pero con una evidente tensión entre ambos.
