El Gobierno Vasco ha decidido mover ficha para garantizar el relevo generacional en la Policía autonómica. Tras el fiasco de la última convocatoria, en la que una criba sin precedentes dejó fuera de juego al 90% de los más de 3.600 candidatos en los primeros exámenes, el Departamento de Seguridad ha optado por reformular las reglas del juego. El objetivo es claro: impedir que las plazas queden desiertas y asegurar que la plantilla alcance el objetivo estratégico de los 8.000 agentes para el año 2030.
El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, ha detallado este cambio de rumbo tras el Consejo de Gobierno, coincidiendo con la publicación en el Boletín Oficial del País Vasco de la 35.ª promoción de la Ertzaintza. Esta nueva Oferta Pública de Empleo (OPE) nace inicialmente con 150 plazas, aunque con una vocación de «rescate»: el cupo es ampliable hasta las 473 plazas para intentar cubrir las vacantes que la estricta corrección de la anterior promoción dejó sin dueño.
Del veto individual al aprobado global
La modificación técnica es sutil pero determinante. Hasta ahora, la prueba psicotécnica, el gran muro donde colisionaron la mayoría de aspirantes, funcionaba como una carrera de obstáculos eliminatorios: el candidato debía aprobar obligatoriamente cada uno de los cuatro bloques (razonamiento, aptitudes verbales, espaciales y de reflexión). Un fallo en uno de ellos suponía la expulsión inmediata del proceso, independientemente de la brillantez en el resto.
Con el nuevo modelo presentado por Zupiria, se introduce una visión de conjunto. La prueba seguirá siendo obligatoria y eliminatoria, pero se exigirá una puntuación global mínima de 60 puntos sobre 120. Esto significa que un aspirante podrá compensar un resultado más flojo en una de las competencias con una nota alta en otra, siempre que la suma final alcance el aprobado.
Esta medida busca corregir la anomalía de la convocatoria previa, donde de las 463 plazas ofertadas, 270 quedaron vacantes por falta de aptos en la fase teórica y psicotécnica. Actualmente, de aquella promoción, solo 380 opositores continúan vivos en el proceso, pendientes aún de las pruebas físicas, médicas y la entrevista personal.

Un pacto sindical para blindar la plantilla
La nueva OPE, cuyo plazo de inscripción se abre este mismo martes, es fruto del acuerdo sellado en la Mesa de Negociación con los sindicatos mayoritarios Erne, Esan y Sipe. Forma parte del nuevo Plan de Empleo de la Ertzaintza, un documento «vivo» según el consejero, diseñado para modernizar los procesos de selección basándose en la transparencia y el mérito, pero ajustándolos a la realidad social.
Los requisitos para los nuevos aspirantes se mantienen estables: tener entre 18 y 38 años y contar con el título de Bachiller o equivalente. Todas las plazas exigirán el perfil lingüístico 1.
El horizonte temporal que maneja el Ejecutivo es llegar a 2030 con el máximo legal de 8.000 ertzainas operativos. Una cifra ambiciosa si se tiene en cuenta que la plantilla actual ronda los 7.300 efectivos y que el goteo de jubilaciones exige una reposición constante y fluida que el anterior sistema de examen había llegado a estrangular.