Bilbao presume de tener su propio turrón: el Sokonusko. Presente desde hace generaciones en los obradores vizcaínos, este dulce se distingue por su elaboración totalmente artesanal y por una composición muy particular: tres capas de praliné, blanco, tostado y negro, unidas por almendra en distintos tostados y recubiertas de una fina capa de chocolate
La receta oculta
El elemento que cimentó su identidad bilbaína fue el hallazgo de una receta de 1881 en un obrador desaparecido del Casco Viejo. Aquel manuscrito demostraba que el Sokonusko se preparaba en Bilbao desde el siglo XIX y que su fórmula había pasado de generación en generación prácticamente sin alteraciones. Su elaboración manual, pieza por pieza, continúa siendo su sello.
Un turrón de Bilbao
Hoy, los obradores de Bizkaia producen miles de kilos cada Navidad, y la Escuela de Pastelería transmite a sus alumnos la preparación exacta de este dulce tradicional. El Sokonusko no solo forma parte del patrimonio gastronómico local: confirma algo que muchos bilbaínos desconocían… que la Villa también tiene su propio turrón.