Patricia Martín, la harrijasotzaile gallega que revoluciona Euskadi: “Voy a intentar ahora hacer el mejor papel posible en Bizkaia”

La jefa de la Unidad de Grandes Quemados de Cruces compagina largas jornadas en el hospital con su creciente éxito como harrijasotzaile
Patricia Martín. / Ibai Urrutia

La historia de Patricia Martín, gallega de origen y campeona de Euskal Herria de levantamiento de piedra, empezó casi por casualidad, empujada por su mudanza a Bilbao en 2010. “Cogí la plaza de Mir en Bilbao”, recuerda. Quería norte y surgió la oportunidad, así que comenzó su residencia en Euskadi sin imaginar que, años después, acabaría en un frontón levantando piedras.

El salto al deporte rural vasco llegó por influencia de su marido, “que él sí es vasco”. Él hacía deporte de fuerza y encontró en internet la escuela Oguigiña. “Me dijo, vente aquí, que te va a gustar, y empecé”, explica. Y vaya si empezó: apenas dos meses después ya estaba inscrita en su primer campeonato. “Yo empecé así en agosto o septiembre del 2021, y en noviembre ya me habían apuntado al Campeonato de Bizkaia”, cuenta entre risas. No se lo pensó: “Dije que sí, dale, dale”.

Más mujeres en el deporte rural

Martín confirma que las mujeres ganan terreno en una disciplina tradicionalmente masculina. “Cada vez somos más”, asegura. En el levantamiento de piedra, la presencia femenina ya se nota tanto en la competición como en los entrenamientos. “Hay unas cuantas que no han salido a competir, pero están levantando”, destaca.

Compaginar Cruces y las piedras

Además de harrijasotzaile, Patricia es responsable de la Unidad de Grandes Quemados del Hospital de Cruces, un puesto exigente y absorbente. Aun así, afirma que el deporte le encaja en su vida: “He hecho deporte toda la vida. Ir a entrenar no me trastoca y, física y mentalmente, me viene bien”. Le ayuda a desconectar después de las horas en quirófano, congresos y formación continua.

Aunque usa mucho las manos en ambos ámbitos, apenas ha tenido percances: “Me pillé una vez un dedo entre dos piedras, pero ya. Igual me he hecho más esguinces jugando a voleibol”, bromea.

En Galicia y en Euskadi, su entorno se lo ha tomado con naturalidad. “Tampoco lo he promocionado mucho”, admite. Lo más llamativo fue pedir cambios de guardia “porque tengo una competición para levantar piedras”, lo que generó alguna mirada sorprendida, pero siempre con apoyo.

La sorpresa del campeonato y lo que viene

Su explosión deportiva llegó en octubre, cuando se proclamó campeona de Euskadi en Mungia, levantando un total de 5.387,5 kilos entre la cilíndrica de 75 kg, el cubo de 62,5 y la esfera de 62,5. Todo ello en un frontón cerrado y con mucho calor. Su victoria llegó en un campeonato marcado por el desvanecimiento de la favorita, Ainitze Zumeta.

Sin embargo, este no era su primer título: el 15 de diciembre del pasado año ya había ganado el Campeonato de Bizkaia en Zeanuri, con 21 alzadas con la cilíndrica, 19 con la cúbica y 23 con la esférica.

Respecto al futuro: “Tengo el campeonato de Bizkaia en unos días, a ver si hay suerte”, adelanta. Lo afronta con ambición: “Voy a intentar ahora hacer el mejor papel posible en Bizkaia. Ganarlo también y hacer el doblete”. El año pasado no pudo asistir al de Euskadi por un congreso, pero ahora quiere llegar lo más lejos posible.

La harrijasotzaile gallega que empezó “por probar” ya es una de las grandes protagonistas del deporte rural vasco. Y su historia no ha hecho más que empezar.


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