En Zalla asistimos a una situación difícil de entender. En el debate presupuestario, Zalla Bai ha aceptado todas las enmiendas de Bildu, incluso aquellas que el propio alcalde reconoce que no son eficientes ni necesarias. Un ejemplo significativo es la creación de un nuevo espacio de producción artística en la antigua escuela taller. Mientras siguen sin ser capaces de poner en marcha los 2.700 metros de Aranguren —un proyecto respaldado por el Gobierno Vasco y la Diputación—, ahora impulsan otro equipamiento con una inversión inicial de 110.000 euros.
Algo similar ocurre con la enmienda para crear una oficina de apoyo al acceso a la vivienda. La propuesta se basa, sobre todo, en contratar a una persona más y acondicionar un nuevo local, cuando este servicio podría prestarse perfectamente con recursos municipales ya existentes. El propio alcalde admitió que nuestra alternativa era más adecuada, pero ante la negativa de Bildu a rectificar, Zalla Bai terminó aprobando la propuesta igualmente. El resultado: 170.000 euros destinados a actuaciones innecesarias.
¿Todo vale para seguir gobernando? ¿Les importa algo el uso del dinero público? ¿No detectaron Zalla Bai y Bildu que estas medidas duplican servicios y encarecen el gasto, o simplemente les ha dado igual? Sea cual sea la respuesta, la conclusión es clara: Zalla no merece esta gestión. Con el dinero público, el de todas y todos nosotros, hay que ser más riguroso, eficiente y responsable.
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