El taxi de Juan no pasa desapercibido; parece un árbol de Navidad. Espumillones de varios colores, lazos para las manillas, un lazo enorme en el capó, vinilos navideños y hasta luces lo convierten en el taxi que pasea el espíritu navideño por la ciudad. Juan no lo lleva así todos los días, solo en uno especial para él y para sus compañeros. Hace ya unos años que decidió dedicar una tarde a los mayores de residencias. Desde entonces, cada vez son más los taxistas que dedican esas horas a llevar por Bilbao a residentes para que vean lo bonita que la han puesto en esta época tan especial del año:
“Yo lo que quiero es sacar una sonrisa a la gente. Me gusta transmitir positividad y alegría; muchos lo necesitan”, nos cuenta Juan.
Emocionante
A Juan le tocó llevar a dos mujeres de la residencia Miravilla: “Una estaba nerviosa al salir de su rutina, pero cuando comenzamos el recorrido por las luces ya se tranquilizó y disfrutaron las dos un montón. Luego me contaron muchas cosas durante el trayecto: a qué colegio iban, dónde hacían las compras… Nos encanta escucharlas y que esto les sirva para recordar momentos bonitos de sus vidas”.
Habrá que esperar otro año para cruzarnos con el taxi navideño de Juan. Si lo ven, recuerden que dentro irá escuchando historias de personas que están viviendo un momento muy especial.