La Nochebuena terminó en tragedia para una familia de Leioa. Un hombre de 85 años falleció tras atragantarse mientras cenaba con sus seres queridos, según menciona El Correo. El accidente ocurrió durante la comida y, pese a la rápida llamada a los servicios de emergencia y al despliegue de sanitarios, una UVI móvil y recursos policiales, nada se pudo hacer por salvarle la vida. El fallecimiento fue certificado alrededor de las 22.15 horas.
Tercera causa de muerte no natural en España
Más allá del impacto personal, el suceso vuelve a poner el foco sobre una realidad poco conocida pero alarmante: los atragantamientos se han convertido en la tercera causa de muerte no natural en España, solo por detrás de los suicidios y las caídas, y por delante incluso de los accidentes de tráfico. Cada año se producen alrededor de 3.000 muertes por obstrucciones de las vías respiratorias.
Envejecimiento de la población: una de las principales razones
Los datos confirman una tendencia al alza. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2022 se registraron 3.546 fallecimientos por atragantamiento, una cifra seis veces superior a la del año 2000. Los expertos apuntan al envejecimiento de la población como una de las principales razones de este incremento, ya que el riesgo se concentra especialmente en mayores de 65 años. También afecta, aunque en menor medida, a niños pequeños.
Las fiestas navideñas: periodo clave
Las fiestas navideñas, lejos de ser una excepción, suponen un periodo especialmente delicado. Así lo explican profesionales de urgencias, que subrayan que durante estas fechas se multiplican las comidas familiares y los alimentos de riesgo: canapés, frutos secos, uvas o productos curados como el jamón. No es un mito, insisten, sino una realidad que se repite cada año en los servicios de Urgencias.
Importancia de la prevención y del conocimiento básico
Los sanitarios recuerdan que, ante un atragantamiento, el tiempo es clave. Una obstrucción completa puede derivar en una parada cardiorrespiratoria en cuestión de minutos. Por eso, más allá de la rápida actuación de los servicios profesionales, los especialistas insisten en la importancia de la prevención y del conocimiento básico de cómo reaccionar, siempre como apoyo y nunca como sustitución de la atención médica.