La esperanza de vida en Euskadi volvió a crecer en 2024 y alcanzó máximos históricos, según los últimos datos del Eustat. Los hombres vascos viven ya una media de 81,7 años, medio año más que en 2023, mientras que las mujeres llegan a los 87,0 años, tras un aumento de cuatro décimas en solo un año.
Euskadi, por encima de Europa y de España
La población vasca mantiene una esperanza de vida superior a la media europea. Los hombres viven 2,5 años más que el promedio de la Unión Europea y las mujeres 2,6 años más. Euskadi también supera al conjunto de España, uno de los países más longevos de Europa, con una ventaja de 0,3 años en hombres y 0,5 años en mujeres.
El incremento confirma una tendencia sostenida al alza, solo interrumpida durante la pandemia y los dos años posteriores. Desde 1976, la esperanza de vida ha aumentado 12,1 años en los hombres y 10,1 años en las mujeres, lo que supone una ganancia media anual cercana a tres meses en ellos y dos meses y medio en ellas. Este avance ha reducido además la brecha de género, que se sitúa ahora en 5,3 años, frente al máximo de 8,7 años registrado a principios de los años noventa.
Los tumores continúan siendo la principal amenaza para la longevidad. Si se lograra eliminarlos, la esperanza de vida aumentaría 4 años en los hombres y 2,8 años en las mujeres. Las causas externas tienen un impacto menor y los accidentes de tráfico restan ya menos de dos meses de vida en el caso masculino.
La edad maternal cada vez más alta
En contraste con la longevidad, la fecundidad en Euskadi se mantiene en niveles muy bajos. En 2024, el promedio se sitúa en 1,17 nacimientos por mujer, por debajo de la media europea y muy lejos de los 2,1 hijos necesarios para el reemplazo generacional. Bizkaia registra la tasa más baja (1,09), mientras que Álava alcanza 1,27 y Gipuzkoa, 1,25.
La edad media a la maternidad sigue aumentando y alcanza los 33,4 años, más de dos años por encima de la media europea y casi cinco años más que en 1976. El retraso en el primer hijo sitúa su edad media en 32,5 años, lo que refuerza el impacto del envejecimiento demográfico.
La nupcialidad recupera niveles previos al Covid-19, aunque con un ligero descenso interanual. La edad media al primer matrimonio se sitúa en 38,3 años en los hombres y 36,8 en las mujeres, concentrándose más de la mitad de los enlaces entre los 30 y los 39 años.
En cuanto a la movilidad, la emigración mantiene un perfil mayoritariamente intraprovincial, con Bizkaia como el territorio con más movimientos internos. Las salidas fuera de Euskadi se producen en edades más avanzadas, especialmente entre las mujeres, que emigran al exterior con una media de 35,1 años.
