San Mamés abre sus puertas para un baño de masas que no esconde el hermetismo de Lezama

Miles de aficionados llenan La Catedral para ver de cerca a sus ídolos en una sesión marcada por la ilusión de los más pequeños
Los jugadores del Athletic entrenan en San Mamés arropados por su público / Radio Nervión

El Athletic ha vivido este martes uno de esos reencuentros que reconcilian al club con su base social, aunque lo haga de forma excepcional. San Mamés ha abierto sus gradas para una sesión de entrenamiento a puerta abierta que, si bien ha servido para inyectar optimismo en un momento deportivo gris, pone de manifiesto lo poco habitual que se ha vuelto este gesto en el ecosistema rojiblanco. Bajo una mañana gélida y un cielo plomizo, la liturgia del entrenamiento ha congregado a una multitud que parecía acudir a una cita de competición oficial en lugar de a un simple entreno.

Sin embargo, el éxito de convocatoria (30.051 athleticzales) no debería tapar una realidad incómoda. Que un entrenamiento a puerta abierta sea noticia en Bilbao es, en sí mismo, un síntoma del búnker en el que se ha convertido Lezama. Mientras el entorno del Athletic celebra este contacto esporádico (el primero desde agosto), otros clubes vecinos demuestran que la cercanía no tiene por qué ser una excepción navideña. El caso de Osasuna es el ejemplo más sangrante: el conjunto navarro cerrará 2025 con 214 sesiones de entrenamiento, de las cuales 174 han sido a puerta abierta. Es decir, el equipo rojillo ha desarrollado más del 81% de su trabajo anual bajo la mirada de su gente, una cifra que deja en evidencia el hermetismo que impera en el día a día de Ernesto Valverde.

Los aficionados rojiblancos no se han querido perder el primer entrenamiento a puerta abierta desde el mes de agosto (Radio Nervión)

Un respiro entre dudas deportivas

El ambiente festivo en el estadio ha servido para aparcar, al menos por unas horas, el pesimismo que arrastra el equipo tras los recientes batacazos ligueros contra Celta y Espanyol. Ni siquiera la ajustada victoria copera en Ourense parece haber enfriado el sentimiento de una grada que, ajena a los sistemas y las pizarras, se ha centrado en arropar a los suyos.

Mientras los ayudantes del cuerpo técnico preparaban el escenario con el rigor habitual, la música y los videomarcadores caldeaban un ambiente donde los protagonistas reales estaban en los asientos, no en el césped. La fe del athleticzale sigue intacta, confiando en que este 2026 traiga de vuelta la fiabilidad que se evaporó en el tramo final del año pasado.

Aficionados rojiblancos en San Mamés (Radio Nervión)

La magia de los más peques

Donde no hay espacio para la crítica es en la mirada de los miles de críos que han abarrotado las zonas habilitadas. Para ellos, ver a Iñaki Williams encabezar la salida por el túnel de vestuarios ha sido el mejor regalo anticipado de Reyes. La locura se ha desatado con los primeros estiramientos y los rondos iniciales.

La mañana ha terminado con el balón rodando y los más pequeños intentando cazar una mirada o un gesto de sus ídolos. Es la literatura del fútbol: esa ilusión que sobrevive incluso cuando el club decide que el resto del año los muros de Lezama deben ser infranqueables. El equipo ha recargado pilas para un inicio de año exigente, pero queda en el aire la pregunta de si este modelo de «puertas abiertas por Navidad» es suficiente para una filosofía que presume de ser diferente a todas las demás.


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