Las abuelas y los abuelos han sido toda la vida una fuente sabia de información que nos ha acompañado generación a generación. Consejos que han pasado de madres a hijas y que perduran a día de hoy. Ahora, esas palabras siempre han sido respaldadas por frases como «es de toda la vida» o «porque lo digo yo». ¿Y quién contradice a una madre?
Es por eso que desde Radio Nervión queremos desvelar la verdad que hay detrás de estas creencias que nos han marcado desde la infancia. Porque, aunque no lo parezca, los bulos y los rumores no surgen siempre como ahora por la sobreinformación a la que estamos expuestos, sino también por la desinformación de antaño. Porque a veces, es mejor prevenir, que curar.
“Tienes que esperar antes de entrar al agua o tendrás un corte de digestión”
El famoso “corte de digestión” no tiene nada que ver con comer y meterse al agua. Lo que realmente ocurre es una hidrocución o síncope, un efecto que surge cuando hay un cambio muy brusco de temperatura y esos grados de diferencia provocan una reacción de los vasos sanguíneos. Estos se estrechan y como consecuencia fluye menos sangre al cerebro pudiendo originar visión borrosa, escalofríos o desmayo desmayo. Pero no es en especial por comer y meterse al agua, ya que puede ocurrir al estar en un sitio cálido y salir a un exterior con temperaturas muy bajas.
“Si andas descalzo te vas a acatarrar”
A pesar de que la mayoría de los resfriados ocurren en los meses fríos, el frío como tal no tiene ninguna culpa del malestar. Para que haya un catarro hace falta que la persona se contagie de un virus y a los microorganismos les da igual cómo de brigada esté. Por lo que por muchos que alguien ande descalzo, el frío no le va a entrar por los pies ni le va a originar el resfriado.
“Tómate el zumo que se le van las vitaminas”
Desde niños hemos escuchado por parte de los más mayores que hay que beberse rápido el vaso de zumo ya que se le van las vitaminas. Pues bien, según estudios de la Academia Española de Nutrición y Dietética, la vitamina C, se conserva en la bebida hasta 12 horas después de haber exprimido la naranja. Así que no, a no ser que te hayas olvidado del vaso, ahí estarán hasta que te lo bebas.
Hasta aquí algunos de los mitos que se han creído a lo largo de los años. Sin embargo, también debemos dar las gracias a esos adultos que, a pesar de que desconocían la veracidad de sus palabras, las transmitían por preocupación y seguridad.