El Surne Bilbao Basket llegaba al partido con la necesidad imperiosa de reencontrarse con la victoria tras cuatro derrotas consecutivas en la Liga Endesa. El duelo frente al ICG Força Lleida se presentaba como una oportunidad clave para recobrar la confianza, y los hombres de negro no fallaron. Con un despliegue colectivo sobresaliente y hasta seis jugadores con dobles dígitos en valoración, los bilbaínos dominaron con contundencia y se llevaron un triunfo revitalizador (91-74). Sin embargo, la posibilidad de recuperar el average se escurrió en los últimos segundos, dejando un sabor agridulce en Miribilla.
Desde el inicio, los dirigidos por Jaume Ponsarnau demostraron su hambre competitiva. Con una intensidad defensiva feroz y rápidas transiciones, marcaron territorio con un parcial de 8-0. Ali, incisivo en defensa, anuló la amenaza de Bropleh, mientras que De Ridder y Dragic aportaban dinamismo en ataque. A pesar de este inicio fulgurante, el Lleida reaccionó y llegó a ponerse por delante (16-17), con Bozic y Paulí liderando la ofensiva visitante.
El primer cuarto concluyó con ventaja local, en parte gracias a la energía de Pantzar, que con dos robos seguidos encendió a su equipo. No obstante, en el segundo periodo, la dureza defensiva del Lleida dificultó la fluidez ofensiva de Bilbao Basket, que encadenó varios minutos sin anotar. Solo la aparición de Dragic y un inspirado Pantzar permitieron recuperar el ritmo, llevando el partido al descanso con un 48-41 favorable.
Espectacular Jones
El tercer cuarto fue clave en la ruptura del encuentro. Marvin Jones emergió con una actuación espectacular, anotando 16 de sus 22 puntos en la segunda mitad. El Surne alcanzó su máxima ventaja con un +16 (68-42), pero un parcial de 0-9 del Lleida hizo que la emoción se mantuviera hasta el final. Un triple de Domínguez y la consistencia defensiva mantuvieron la diferencia, aunque los últimos segundos impidieron recuperar el ‘average’ perdido en la ida.
A pesar de ese detalle, la victoria supone un bálsamo para los bilbaínos, que recuperan sensaciones y confianza en una liga donde cada triunfo es oro puro. Con una exhibición coral y una intensidad encomiable, el Bilbao Basket vuelve a sonreír y se prepara para afrontar nuevos desafíos con el ánimo renovado.
