
María, conocida por su anterior bar en la plaza de Villarcayo, El Manduca, asume la gestión del Plati, un espacio emblemático que reabre con nuevos servicios como bar, hotel y restaurante para eventos. Ha compartido los detalles de este nuevo proyecto que arranca la semana del 24 de mayo, coincidiendo con la celebración de una boda en sus instalaciones.
Con respecto a ese gran salto de pasar de un bar tradicional a gestionar un espacio de más de 1.400 metros cuadrados, María lo tiene claro: “El Manduca se cerró porque no me renovaron el contrato; vendieron el edificio, y no había ningún local similar disponible”, explica. “Tenía claro que quería seguir en Villarcayo, porque es donde está toda mi clientela”.
El nuevo Plati ofrecerá varios servicios diferenciados
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La Copería, espacio donde antes se servían copas en bodas, reabre como bar con jardín, pensado para disfrutar de música de los 80 y 90 y abrirá todos los días en verano.
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El hotel de 20 habitaciones funcionará sin recepción, gestionado completamente a través de plataformas digitales.
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Un comedor para eventos, que se alquilará junto con la finca y será gestionado mediante caterings externos, con posibilidad de que cada cliente elija el proveedor.
1.400 metros cuadrados
Además, María busca un perfil profesional que impulse la oferta gastronómica: “Busco un cocinero o restaurador que quiera venir a Villarcayo y se haga cargo del restaurante, con la idea de ofrecer menús diarios además de los eventos”. El establecimiento cuenta con 1.400 metros cuadrados, dos comedores y espacio suficiente para múltiples iniciativas.
El precio inicial rondaba los 1,4 millones de euros
Sobre la adquisición del local, María ha aclarado que se trata de una compra financiada a través de Iberaval. María explica que el precio inicial en los portales inmobiliarios rondaba los 1,4 millones de euros, pero tras un proceso de negociación, finalmente se cerró por una cantidad inferior al millón. Aunque prefiere no revelar la cifra exacta, aclara que hubo un «tira y afloja» entre ambas partes y una rebaja considerable respecto al precio original. “No hemos llegado a uno, pero bueno, ahí ha andado”, comenta. Aunque no ha revelado el precio exacto, sí confirma que fue objeto de una intensa negociación.
El equipo inicial contará con dos personas más para limpieza del hotel, pero la plantilla del Manduca no se ha podido mantener por el tiempo transcurrido. María, que lleva ocho meses sin trabajar, se muestra ilusionada: “Necesito volver a estar activa, me encanta el trato con el público”. Con esta ambiciosa reapertura, el Plati vuelve a convertirse en un referente para Villarcayo y la comarca, apostando por la hostelería rural moderna y el dinamismo empresarial local.