El día en el que La Otxoa estuvo a punto de ir a Eurovisión: “Quise revolucionar el festival”

El mítico artista e icono de la comunidad LGTBIQ+ intentó meterse en el festival más famoso de la música europea con 'La fiesta'
La Otxoa durante una actuación. / Radio Nervión

Sí, La Otxoa casi se cuela en Eurovisión. Corría el año 92, y el mítico artista e icono de la comunidad LGTBIQ+ pensó que al festival más famoso de la música europea le faltaba un poco de modernidad y transgresión: “En un mundo de rancios clásicos dije ‘joder, igual es el momento de que yo me presente también y así cambio la monotonía del festival’, cuenta La Otxoa.

Un intento fallido

Eran otros tiempos, nada que ver con la difusión y el alcance que hoy en día tiene el certamen, donde países como España celebran el Benidorm Fest, un concurso previo para elegir a los representantes, y donde el público vota a través de aplicaciones móviles. Pero ¿qué pasó con La Otxoa?

“Bueno, pues no pasó nada porque por esa época las discográficas y la televisión tenían mucho poder, y lo aprovechaban para meter al artista que ellos querían”, se lamenta el artista. Finalmente, el representante elegido fue el navarro Serafín Zubiri, que quedó en decimocuarta posición con su ‘Todo esto es la música’. “De repente vi en la prensa que iba Zubiri y me desilusionó mucho. Mi gozo en un pozo”.

Aun así, La Otxoa se quedó cerca de lograr su objetivo. Pasó la primera criba, pero después nadie de Radiotelevisión Española se puso en contacto con él. “Mi ilusión hubiera sido revolucionar un poco el festival en esa época”, confiesa La Otxoa.

Un referente en la lucha por los derechos

José Antonio Nielfa, “La Otxoa” iba para futbolista, pero acabó convirtiéndose en una figura clave en la historia del activismo LGTBI+ en Euskadi y en España. Su arte y su valentía lo convirtieron en uno de los grandes referentes de la lucha por la libertad sexual en una época de represión. En los años más oscuros del franquismo, fue una de las muchas personas encarcelados bajo la Ley de vagos y maleantes, una legislación que criminalizaba la diversidad.

La democracia trajo aires de cambio, aunque la situación para el colectivo LGTBIQ+ seguía siendo difícil. “Hacía galas por todos los sitios. Por entonces sacamos un montón de discos, no sé si diez u once grabamos”. En uno de aquellos vinilos estaba ‘La Fiesta’, la canción con la que La Otxoa estuvo a punto de asaltar Europa.

Ya retirado de los escenarios, La Otxoa sigue siendo contestatario y artista por encima de todo. “Igual nos presentamos al Benidorm Fest un año de estos”, bromea.

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